miércoles, 21 de enero de 2009

Barack Obama

Ayer tomó posesión de su cargo como Presidente de Estados Unidos de America Barack Hussein Obama, algo que es de público dominio. No conozco demasiado ni la cultura, ni los entresijos de la política norteamericana, pero me gustó. Me gustó que a pesar de ese desconocimiento, el que a través de la radio del coche me trasladara la ilusión del cambio -en un país que desconozco- y que creo que emanaba de las numerosas personas congregadas para la ocasión en Washington.

No me resisto en comentar algunos puntos de su discurso, que me llamaron la atención.

Comenzó por el reconocimiento de que existen varias crisis en su país, entre ellas la económica. En otros países más cercanos -el nuestro por ejemplo- se utiliza primero la negación de la misma, y luego en un ejercicio de dominio de nuestro léxico, se la denomina desaceleración económica. Yo entiendo que un gobernante tiene que tratar de “quitar hierro” a la situación. Pero una cosa es generar esperanzas y otra muy distinta mentir. Esta diferencia creo que la entienden –desgraciadamente- las personas que engrosan las colas del paro.

Obama dice “…Porque, miremos donde miremos, hay trabajo que hacer.” Aquí parece que somos chicos listos y que ya tenemos los deberes hechos. Fundamentalmente porque el Gobierno ya ha repartido dinero a las entidades de crédito, que hasta que ha estallado la crisis han estado concediendo créditos a “diestro y siniestro” para que nos los devuelva al 7% de interés y que aún así, no llega a los ciudadanos porque según dice Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto: "Queremos dar crédito y tenemos capacidad de darlo, pero dependemos de que exista demanda solvente".

Eso si, el Gobierno estará “atento” y “se siente y es responsable del empleo” (Comparecencia de 10/09/08) Bueno, sabiendo esto, me quedo mucho más tranquilo, a pesar de que para paliar la crisis mi subida salarial será de 0 en el 2009, al menos tengo la suerte de tener un trabajo.

De todo cuanto dijo me quedo con algo “…Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela…” Aunque sea un discurso, una declaración de intenciones, que envidia. Me da envidia que trate de reafirmar una grandeza que hoy por hoy está presente, mientras aquí nos hayamos retrotraído a los Reinos de Taifas, en las que con excusas baladís sobre derechos históricos, razones de factores sanguíneos, o como se quieran llamar, solo pretenden conseguir más dinero de las cajas de la Administración Central y de alcanzar más poder en sus comunidades autónomas respectivas, agitando para conseguir sus fines el fantasma de un “mininacionalismo” de opereta. Es fácil acallar protestas y concitar espíritus echando la culpa a los demás, es este caso, al Gobierno Central.

No se porqué, traslado –inconscientemente- la imagen de Obama a los lideres de nuestro País. Y hecho de menos un líder carismático y –que al menos por lo que se desprende de su discurso- tenga las ideas tan claras y próximas a la realidad como las tiene él. Se que el tema de los lideres es delicado dado que los lideres carismáticos que han existido a través de la historia no siempre han sido lo mejor que ha podido ocurrir a sus países, pero al menos tengo la tranquilidad de que ese problema, hoy por hoy no existe en nuestro País. Tanto José Luis Rodríguez Zapatero, como Mariano Rajoy no dudo que estén adornados de múltiples virtudes, pero desde luego el carisma no engalana ni a uno ni a otro.

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