Hoy UPyD ha estado en la manifestación de apoyo al pueblo Saharaui que ha transcurrido desde Atocha a Sol. Es curioso pensar como algunos individuos concurren a cualquier acto, independientemente de lo que se apoye en el mismo, con la sola intención de provocar problemas, sin importarles cuál era la esencia de esta manifestación: protestar por la violencia que impera en el Sahara.
Durante el recorrido, una serie de niñatos (presuntamente de extrema izquierda) de rostros tapados y orquestados por algunos individuos que no merecen ni tan siquiera tal calificativo –el de niñatos- se han dedicado a provocar a los afiliados de UPyD que estábamos en la misma, mediante la utilización de la dialéctica que les es propia, esto es: insultando estúpidamente, llamándonos fascistas, haciendo “calvos” –indudablemente es la única función de sus posaderas- tirando petardos, arrancándole a un militante una chapa de UPyD y quitándole a otro una gorra magenta… y gritandonos que porque llevábamos la bandera de España, la única de toda la manifestación, eramos unos fascistas.
En definitiva, haciendo gala de sus fuertes –sin duda- convicciones “políticas”
Entiendo que las personas tenemos inteligencia y capacidad dialéctica… ¿Todas? Todas no. No se puede dialogar con artistas de la sordera política, con individuos que van predispuestos a usar la violencia –sea física o verbal- contra aquellos -o aquello- que no pueden rebatir utilizando esa inteligencia y dialéctica que se les supone como seres humanos.
Como siempre, habrá comentarios –ya ha comenzado a haberlos en algún medio- al respecto, en los que esa conducta “tan democrática” es justificada por algunos diciendo: “…los del PP y UPyD van a este tipo de manifestaciones a provocar con lo que es normal que haya personas que se enfaden con ello…”
¿Provocar por llevar una bandera de España… en España.
Me imagino, que en una vuelta de tuerca más, alguno incluso alguien dirá que no nos insultaban por llevar la bandera de España, sino porque somos unos oportunistas ¿Oportunistas por acudir a un acto en defensa de algo que ha sido parte integrante de la propia génesis del Partido?.
Se lo que ha sucedido, he escuchado los insultos y he sido testigo directo de violencia de la que hemos sido objeto, no porque lo haya leído en la prensa, sino porque al igual que otros muchos compañeros, estaba allí.
Al lado de la cabecera de UPyD, algunas personas portaban banderas republicanas… detrás de nuestra cabecera ikurriñas, banderas del PCE, saharauis… y desde luego ningún afiliado de este Partido les ha increpado en modo alguno porque ofrecemos lo mismo que exigimos: respeto. Y si en algo no estamos de acuerdo, estamos dispuestos a hablarlo de tú a tú, poniendo encima de la mesa nuestros puntos de vista, nuestros argumentos y nuestras convicciones, en un debate enriquecedor, no mediante la violencia o el insulto.
Y mientras tanto, los saharauis, que deberían haber sido los verdaderos protagonistas de esta manifestación –solidariamente- se han unido a nosotros, detrás de la pancarta de UPyD, para mostrar su apoyo a un Partido que ha hecho de su problema una bandera, desde hace mucho más tiempo del que algunos de los que nos insultaban, recordaran.
Continuamos con la marcha, más o menos tranquilos, hasta que se dio por finalizado el acto, momento en el que Rosa, que había estado en la pancarta principal, vino a saludarnos… y vuelta a empezar. De nuevo insultos: personales, contra la bandera… de tal forma que los compañeros hemos hecho una cadena, enlazando nuestros brazos e impidiéndoles entrar en el núcleo en el que se encontraba la bandera, la pancarta y Rosa para evitar mayores problemas. ¿Cómo les hemos respondido? ¿Cómo les hemos enfrentado? Con una sola palabra, con un solo grito: Libertad.
Esa libertad que estos individuos que nos empujaban dicen defender pero niegan a los demás, a aquellos que no “pensamos” como ellos (os aseguro que me cuesta unir esas dos palabras pensar y ellos)
Cuando finalmente nos hemos ido, lo he hecho satisfecho, y apesadumbrado; satisfecho porque hemos demostrado que frente a la “argumentación” de unos “elementos” que tras sus rostros ocultos, buscaban únicamente “bronca”… está el derecho -nuestro derecho- a expresarnos en libertad. Hemos estado -y debíamos estar- ahí, porque la calle es nuestra –de los ciudadanos- y no podemos permitir que la sinrazón y la violencia de estos energúmenos se apodere de ella.
Nuestra acción política está cimentada sobre las bases de la libertad, la democracia, las ideas, la integridad y el respeto hacia los que no piensen como nosotros, no sobre la sinrazón, la violencia o la corrupción.
Para eso… están ellos, los que piensan que la calle es suya y que la violencia es la solución.