Una de las señas de identidad de este Partido, desde que UPyD se conformó como una alternativa, ha sido la transparencia, eso y el entender la política como un servicio y no como una forma de servirse.
Y en aras de esa transparencia que propugnamos, en esta entrada, voy a tratar un tema que me toca de manera personal.
Voy a hablar de “dinero” de ese dinero -del que por un mal entendido “pudor”- a algunos políticos no les gusta hablar. El cuanto les reporta dedicarse al “servicio de los demás” parece que sea un secreto celosamente guardado.
Vaya por delante que lo que cobran los concejales del Ayuntamiento de Colmenar Viejo, no es ningún secreto, ni de Estado, ni municipal en este caso.
Para conocerlo basta entrar en http://xurl.es/l4a9o, en donde lo podrás ver.
Lo que quizá no sepan los colmenareños, hablando de este tema, es algo que me parece importante que se conozca.
Como Grupo Político, a uno de los concejales de UPyD presentes en el Ayuntamiento le correspondería percibir 43.390 € anuales como portavoz.
Pero aquí surge el problema, tanto Vicente M. Montero, como José Antonio Labodía, se consideran unos privilegiados.
¿Por qué?
Por algo tan sencillo como tener un trabajo estable, un trabajo que –además- les gusta y no considerar la política como “una ocupación remunerada” a la que tan proclives son algunos de los que se presentan legislatura, tras legislatura, hasta olvidar cual era su desempeño profesional anterior, en el supuesto de que hayan tenido alguna vez un trabajo en el sector privado.
Ya en una reunión previa a la constitución de la corporación municipal, cuando se vio que ninguno de los concejales “se liberaría” se les pregunto: “Entonces… ¿Qué vais a hacer? La respuesta no se hizo esperar: Oposición”.
Esto es: los concejales de UPyD entienden que es mejor que ese dinero, esos 43.390 € que les corresponderían como Grupo Municipal, reviertan en los colmenareños y eso sin suponer el más mínimo menoscabo a su afán de servicio a quienes les han elegido votándoles.
Y a los que no, también.
Ya en el primer pleno, el de constitución de la corporación, el Grupo Municipal de UPyD propuso una rebaja de un 5% en los salarios de los concejales, así como en las cantidades percibidas por asistencia a comisiones y plenos.
El resto de los grupos políticos presentes en la corporación, según se puede ver en el acta del pleno de constitución (http://xurl.es/7peg4, página 35) votaron en contra, e incluso alguno de los portavoces de los otros grupos municipales se permitió el lujo de declamar alguna “soflama didáctica”, pretendiendo explicar su negativa.
No voy a entrar en valoraciones, porque en definitiva, dichas valoraciones, corresponden a los ciudadanos.
Pero no me quiero extender demasiado: Los dos concejales que componen el Grupo Municipal de UPyD en el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, no están “liberados”, esto es: no perciben un salario por ejercer sus funciones como concejales, ni como portavoz del grupo, compatibilizando su desempeño profesional, con el político al entender que el servicio al ciudadano no es una “profesión”, sino una vocación.
Las dietas que perciben, tanto Vicente M. Montero, como José A. Labodía son:
Asistencia a pleno: 360 €
Asistencia a comisión: 180 €
Porqué no solo UPyD es diferente. También lo son quienes la componen, sea como cargos electos, como afiliados o como simpatizantes.
He centrado está entrada en el Grupo Municipal de UPyD en Colmenar Viejo porque estoy integrado en él, pero esto se puede hacer extensible a todos aquellos compañeros, que desde las diferentes instituciones, dan día a día, una lección de lo que supone la transparencia y el servicio a los ciudadanos.
Dejamos para otros los grandilocuentes discursos... y las mezquinas acciones.
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