Estos jardines pertenecieron a la Mesopotamia antigua y fueron parte de
las siete maravillas del mundo antiguo.
No sé si en Colmenar Viejo hay una historia de amor tan "tórrida" como esta, ni tan siquiera si Amytis era colmenareña, pero lo que no me cabe ninguna duda, es que el Ayuntamiento de Colmenar Viejo es tan estipendioso como Nabucodonosor II.
Está reflexión nace del también “famoso” jardín vertical de 8
metros de alto, en el que se han plantado más de 1.800 plantas de diferentes
especies al “simbólico” precio, en los tiempos que corren de, 37.000 €,
con la finalidad de que sea “una forma de ganar espacio público para los
vecinos, regenerando las zonas abandonas o degradadas".
A día de hoy, ese dinero no se ha utilizado para mejorar las degradadas
necesidades de algunos colmenareños, que entendemos es el fin último de un
dinero que por ser público no es del Ayuntamiento que simplemente es su gestor,
sino de los colmenareños que llenan las arcas municipales con su dinero.
Seguimos entendiendo que primero son las necesidades de las personas y
después de las zonas depauperadas.
Una de las responsabilidades de cualquier administración pública debe
ser “Hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo
cualquiera” esto es: GESTIONAR y la gestión, con mayúsculas debería
tratar que ese “negocio o deseo cualquiera” redunde en beneficio de los
colmenareños, sobre todo, de los que más lo necesitan.
Ya sabemos que en tiempos de “vacas gordas” todo parece que está
permitido con el dinero público: aeropuertos sin aviones, centros de cultura
vacíos, obras faraónicas. En estos tiempos de “vacas flacas” o mejor
dicho rico en recortes, recortes en comedores escolares, en sanidad, en los que
se pretenden cerrar colegios, en los que los libros de texto son prohibitivos…
pues nada, la solución, en lugar de dar un uso más coherente para paliar estos
recortes, ya se sabe cuál es: jardín vertical.
¿Qué se ha obtenido a cambio? Pues eso: un jardín vertical, que muestra
numerosas plantas secas. En la fotografía se puede comprobar la lozanía de la
flora, mientras que otras, las más próximas al suelo, simplemente han
desaparecido, imagino que habrán pasado de un jardín vertical, a una maceta
cualquiera, esta vez horizontal en las que al menos tendrán la oportunidad de
sobrevivir sin secarse definitivamente.
En su día la Concejala de Urbanismo Antonia García, declaró en la
prensa: “Se ha creado un entorno agradable a la vista, dinámico y útil para
el disfrute y la convivencia de los vecinos, tanto de los mayores como de los
pequeños” No sé si se habrán cumplido sus expectativas, pero lo que si es
cierto, porque fui testigo de ello, es que durante las fiestas patronales, se
colocaron allí dos servicios químicos que no fueron capaces de cubrir la demanda
de su utilización, por lo que al final, el “entorno” si fue “realmente
útil”, básicamente como mingitorio.
De lo que si podemos felicitarnos, sin ninguna duda, es que al menos no
ocurre como en el jardín vertical de Getafe, en el que asimismo gobierna el PP
y en que también se ha realizado “otra actuación pionera” y en el que el
ayuntamiento getafense tiene destacada una patrulla de la Policía Municipal las
24 horas de día, con la finalidad de proteger el jardín de marras del “vandalismo
de los ciudadanos”.