El pasado sábado 28 de marzo, tuvo lugar la Convocatoria
extraordinaria del Consejo Político, un convocatoria que es muy importante por los motivos por todos conocidos.
Dada
la cantidad de turnos de palabra que se pidieron, 62 en concreto, y a que mi intervención era
la penúltima, no quise consumir los cinco minutos que me correspondían, sino
simplemente, como consejero, dar mi opinión ante el resto de los componentes
del Consejo Político Nacional, de forma clara y concisa.
Esta
fue mi intervención:
Buenas
tardes:
Desde
mi perspectiva tenemos dos problemas. Uno político y otro más profundo:
organizativo, estructural…
En
la vertiente política, lo tengo claro: Yo soy de UPyD y no creo que Ciudadanos
juegue en la misma liga que este Partido.
Me
preocupa más que no llegue nuestro mensaje a los ciudadanos, que no seamos
capaces de empatizar con ellos, que seamos una especie de “repelente niño
Vicente”.
Respecto
a la vertiente organizativa, también tengo claras una serie de apreciaciones.
Hace falta un cambio… un profundo cambio para recuperar la frescura, la alegría
de ser de UPyD, de recuperar el “espíritu
de Vistalegre”
Y
uno de los elementos fundamentales para recuperar esto, es que se cumpla lo
recogido en los Estatutos sobre el mérito y la capacidad de esos afiliados que
trabajan día a día en mesas informativas, en las instituciones, en la calle,
que se dejan la piel por este Proyecto, en detrimento de aquellos, que también
los hay, que únicamente van a hacerse la foto y que en muchos casos, incluso
logran medrar.
Y
dicho esto, también entiendo que en este momento, a dos meses de unas
elecciones, no es el momento de propiciar una gestora.
Mi
propuesta es clara: Trabajemos unidos para intentar conseguir los mejores
resultados posibles y después, sin esa presión electoral, replanteémonos lo que
sea necesario, para que este Proyecto continúe su andadura.
Por
lo tanto, votaré a favor de la propuesta del Consejo de Dirección.