domingo, 16 de enero de 2011

La estrategia del PSOE... entendiendo a ZP

Últimamente todo el mundo echa la culpa de lo que ocurre en este País, que se llama España, al Sr. Zapatero… a esas cosas del Sr. presidente del gobierno que sus adláteras (sé que gramaticalmente no es correcto, pero después de lo de miembras…) han presentado y jaleado –y qué con sus “mayorías” consensuadas con los “nacionalistas” incluso han aprobado- acompañados de sus Leires, de sus Bibianas… en fin sus “ministras”, a las que según sus choferes oficiales hay que recoger después de las fiestas, e que incluso utilizan el coche oficial pagado con el dinero de todos para ir a recoger sus bombones u otros señores a los que después de no ser capaces de alcanzar la alcaldía de Madrid, se les da “patente de corso” para decir tonterías –¿o eran gilipolleces? Perdón por el exabrupto, pero me temo que solo soy un ciudadano “pelao” que hasta sabe lo que cuesta un café más que nada por qué me lo tomo cuando voy a trabajar. Trabajar… excelsa palabra cuyo significado quizá hubiera que explicar a algunos de los orondos “padres de la Patria” que “trabajan” en el Congreso de los Diputados…

En fin, perdonadme la digresión. Os iba a explicar por qué entiendo a ZP. Lo comprendo por qué creo que quién tiene la culpa de la utilización de esta maravillosa y estipendiosa caja (común) sin “fondo” de la que se ha abusado en época de “desaceleración” económica es –al menos para mí- lo que en tiempos se llamó PSOE (Partido Socialista Obrero Español) pero que me temo que visto lo visto ni es Socialista, ni Obrero… y si se me apura… ¿Lo dejamos en partido? por darle un apoyo que nace de una organización que no es más que el refugio de modernas, modernos, de bebes probetas nacidas o nacidos en los laboratorios de las juventudes… sin otra conexión con la realidad que la que algún mefistofélico Profesor Bacterio les ha inyectado y acompañados de aquellos que se denominan asesores y que seguramente en una empresa privada, no podrían “asesorar” ni un segundo sobre ningún tema, por minio que fuera.

Creo que hay una estrategia meramente electoralista para culpabilizar únicamente a un autor.

Pero esto es una falsedad. La culpa no la tiene una persona, la tiene el partido político que le ha apoyado, que ha puesto su “maquinaria” al servicio de ese soso (este País cada día es más triste) “líder” que ha debido gobernar este País.

No nos engañemos… no se trata del Presidente del Gobierno… se trata de la organización que le apoya. Porque quién lo jalea… es el PSOE por más que haya Gargameles Rubalcadeños que aparezcan en los medios de comunicación –un día sí y otro también- con todo tipo de declaraciones hasta el punto de hacer las veces de Presidente del Gobierno. 

Posiblemente se intente centrar los errores de este gobierno –lo pongo en minúsculas con convicción- en una única persona, cuando estos errores son el resultado de los errores de un partido.

Y este partido, es lo que es, con Zapatero o sin él.

Zapatero está apoyado por quién lo apoya, su partido, sus “ministras” vestidas para que las saquen en la portada de alguna revista de moda –o en páginas muy interiores- vestidas con esos modelitos –que posiblemente paguemos entre todos- y con esas amplias sonrisas de teleserie que parecen decir: “y a mí que me importa que no llegues a final de mes

¿Y el PP? Ah…. ¿pero existió ese partido político? En mi frágil memoria tengo un lejano recuerdo de trajes, de posibles “corrupciones y corruptelas”, de declaraciones que confundían la prescripción de un delito con la absolución y –creo recordar- que incluso era dirigido dedocráticamente por un “líder” que espera que las situaciones se resolvieran por sí mismas con el paso del tiempo, no por lo que él hacía, si no por lo que no hacían sus adversarios políticos, acompañado de una señora cuyo único afán era privatizar, privatizar, privatizar…

Por cierto… tengo 52 años ¿Sería posible que me jubilara a los 65… sé qué no soy policía, ni bombero… ni mucho menos político… pero creo que después de trabajar durante muchos… muchos años… ¿sería posible que disfrutara de mi jubilación a los 65 años?

Seamos serios, dejémosnos de votos inútiles: El único PARTIDO que te puede dar voz como ciudadano y poner los puntos sobre las íes… es UPyD.

jueves, 13 de enero de 2011

La fidelidad aplazada

Un compañero del Partido (José Manuel Ferradas) me ha pedido que le preste un rincón de mi blog para haceros llegar su reflexión personal sobre los últimos acontecimientos, algo a lo que gustosamente he accedido, puesto que la grandeza de este medio –Internet- es la posibilidad de que todos podamos expresarnos con y en libertad.

La entrada del compañero es la siguiente:

LA FIDELIDAD APLAZADA

En tiempos de tribulación no hacer mudanza. Este jesuítico principio que en boca de San Ignacio de Loyola apelaba a razones espirituales, no ha calado ni mucho ni poco en lo profundo de algunos afiliados de UPyD. A nadie le obliga ninguna mano inquisidora a tomar caminos que no tuviera planeados pero, a pesar de que los tiempos adelantan que es una barbaridad, hay casos en que lo eterno resulta tan corto que no cabe en un suspiro.

Casi en horas veinticuatro, los dos últimos meses de 2010, hay quien ha pasado de pugnar a todo trapo por la defensa de las ideas del partido, incluso acudiendo a unas primarias, a estirar el cuello para salir en la foto de otra formación política de la que ya formó parte y abandonó, se supone que por desacuerdo, para recalar en la que ahora deja por tornar a la primera.

Javier García Núñez debía haber sido un poco más digno y respetar la idea de Ignacio de Loyola. Ciertas mudanzas hacen pensar en los motivos reales de algunas presencias que se vuelven deserciones cuando no les va de cara. Son comportamientos que definen a los mercenarios de la política. No trabajan por las ideas y los principios de los partidos, ni siquiera por los intereses de los ciudadanos. Solo por interés te quiero Andrés.

Que nadie confíe de quien promete amor eterno en segundas nupcias pues ya incumplió en las primeras. No es de apetecer aquel que tiene la fidelidad aplazada en el tiempo, las conveniencias, o las familiaridades de aproximación. En el fondo de la ética más justa el título de cuñado de alguien no es honor suficiente para denostar la legítima ilusión humana.

José Manuel Ferradas