miércoles, 6 de julio de 2011

Y de nuevo… elecciones internas en UPyD. Comentarios en clave personal

UPyD es un Partido que se ha forjado a través de elecciones: elecciones a instituciones nacionales, autonómicas, europeas, locales e internas. Es una constante. Un Partido, que se organiza a golpe de urna.

Y como si de seguir una tradición se tratará, después de las elecciones del 22M, el próximo 23 de julio se celebrarán en UPyD elecciones para el Consejo Territorial de Madrid y de acuerdo con los Estatutos ya se ha enviado la convocatoria de las mismas a todos los afiliados el día 3 de julio. A partir de esta fecha se abre un periodo de diez días –finalizando el 13 de julio- para la presentación de candidaturas.

¿Quién podrá presentarse? Según el comunicado interno del Partido “Podrán participar en el proceso como electores y elegibles los afiliados que formen parte del censo para la elección…” en “roman paladin” todos aquellos afiliados al Partido, que tengan está condición.

Y al hilo de esta convocatoria me gustaría hacer algunas reflexiones a nivel personal -obviamente-  porqué es un tema que me afecta porque lo considero muy importante para quienes estamos embarcados en este Proyecto.

Me consta que antes de la convocatoria, ya hay quién se está “postulando” para conformar una lista para presentarse a dichas elecciones, algo a lo –evidentemente- tiene derecho cualquier afiliado.

Pero realmente lo que ya no me parece tan bien es que algunos hayan comenzado su “campaña” antes –incluso- del “pistolezo oficial de salida” en alguna red social, con referencia a una de las “candidaturas”, con “argumentos” del tipo (sic):
  
...Va a ser una lista compuesta por  “…aquellos que ya han demostrado su capacidad y valía, ante los afiliados en primarias y ante los electores en elecciones
 
...“Después de un azaroso año, tal vez tengamos en Madrid oportunidad de elegir libremente un Consejo Territorial…” 
 
… Lo demás son riesgos innecesarios de repetir lo que ya hemos tenido: dimisiones, deserciones a otros partidos, incapacidad manifiesta de asumir los retos, falta de compromiso, etc.


Pero la realidad es que en el tiempo que llevo militando en este Partido he tenido la inmensa suerte de relacionarme con compañeros (y compañeras) de todos los Consejos Locales que componen el tejido de UPyD y por eso me duelen profundamente esos “argumentos”.

Al primer “argumento” me gustaría hacer la siguiente reflexión: Hay compañeros –por su discurso, su ilusión y su implicación- que si bien no han demostrado su “capacidad” ante los electores, su valía, si que han puesto el alma no tanto en conseguir un resultado –porque las frías cifras son lo que son- como en hacer llegar el mensaje magenta a los ciudadanos, como hemos hecho todos a lo largo de la pasada campaña autonómica y local.

Y para mí eso es lo importante: su ilusión, su trabajo, su implicación. Y no tanto los resultados electorales, sean estos buenos o malos. Y no hay que olvidar que los resultados obtenidos provienen del trabajo de compañeros anónimos, de sus ilusiones… y de lo que representa UPyD y no tanto del cabeza de lista, que con ser importante, no es el único elemento a valorar.

Respecto al segundo ¿un azaroso año? Sí. Un año en el que finalmente UPyD ha demostrado lo que es: un proyecto ilusionante, con futuro y necesario. Una catarsis política. Y como tal lo han reconocido esos electores citados anteriormente, tanto con su confianza, como con los votos que han depositado en las urnas.

Por otra parte ¿Cuándo no ha habido oportunidad de elegir libremente? Entiendo que se refieren a las elecciones internas. Siempre se han realizado elecciones libres para elegir la estructura organizativa u orgánica del Partido.

Y de eso, hemos sido testigos todos quienes en él militamos.

Quizá algunos otros partidos donde impera la dedocracia, pudieran aprender de lo que UPyD hace. Como profilaxis democrática, estaría genial, para ellos y como no, para los ciudadanos.

Respecto al tercer “argumento” acerca de “riesgos innecesarios” etc., lo único que he visto es que algunos han buscado una dedocracia alejada de las urnas, la solución a sus propios intereses egoístas y de sus ambiciones personales, esto es: han perdido las elecciones en UPyD… y al día siguiente, han aparecido en otros partidos, elegidos “por la gracia de Dios” en el mismo puesto para el que se habían postulado… y habían perdido en las urnas ante los afiliados magentas. Y estas decisiones han nacido -exclusivamente- de los resultados que obtuvieron en UPyD.

En cualquier caso, anécdotas aparte –y siempre desde mi modesta perspectiva- tengo muy claro que las personas que representado a UPyD y hemos obtenido un acta en las elecciones del 22M tenemos una obligación para los ciudadanos de este País: trabajar por y para ellos.

Y esa debe ser nuestra principal prioridad. Trabajar en las instituciones dando ejemplo a quienes nos han votado de honestidad, trabajo y entrega.

Y difícilmente se podrá conseguir eso si –según parece- alguien que ya ha comenzado a “hacer campaña” para postularse al Consejo Territorial de Madrid tiene esa cualidad, aduciendo que es capaz de conciliar sus responsabilidades políticas, su vida personal, sus reponsabilidades empresariales y –finalmente- sus deseos de tener una responsabilidad orgánica… porque ha sido electo… y esto es una prueba de "su éxito”.

¿Suyo… de los compañeros… del Partido?

Entiendo que como cualquier otro afiliado se tiene el derecho a presentarse a cualquier convocatoria orgánica del Partido, pero piesno que aquellos que hemos obtenido representatividad política gracias a los postulados de UPyD y al esfuerzo de compañeros anónimos en la mayoría de las ocasiones, debemos centrar nuestros esfuerzos en demostrar a aquellos ciudadanos que han depositado su confianza en nosotros, que somos merecedores de ella y que vamos a trabajar cien por cien en no traicionarla.

Y eso implica de trabajar para ellos, porque afortunadamente este Partido dispone de compañeros –que no han alcanzado representación política- que pueden hacerse cargo de su parte organizativa y –en definitiva- de apoyar los deseos de los ciudadanos y el trabajo de quienes en ello estamos.

Tengo muy claro que este Proyecto no puede caer en Leires, Blancos, Cospedales… que igual valen para un roto… que para un descosido. Acumulando cargos orgánicos, políticos, salarios astronómicos y convirtiéndose –finalmente- en una carga para los ciudadanos.

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