viernes, 1 de febrero de 2013

Otra mentira más: Revalorización de las pensiones

El 30 de noviembre del año, 2012 el Consejo de ministros aprobó en el Real Decreto Ley 28/2012 (http://goo.gl/e1IOC) la no revalorización de las pensiones de acuerdo con el IPC (Indice de Precios al Consumo) dejando de esta manera sin derecho a actualización, las pensiones correspondientes al el ejercicio del año 2012.
 
Unas pensiones contributivas que según La Ley General de Seguridad Social, deberían ser actualizadas conforme al IPC acumulado entre los meses de noviembre y diciembre del año 2012.
Hasta aquí la fría realidad. Pero analicémosla y no solo desde el punto de vista meramente jurídico.
 
Lo primero que me llama la atención es la propensión que tuvo, primero el PSOE, y que ahora ha heredado el PP, a “gobernar” a golpe “de decretazo”.
Esto es: la “urgente necesidad”, que debería ser algo excepcional, se ha convertido en la norma.
 
¿A alguien le suena el término “rodillo”?
De acuerdo, ya sé que el Real Decreto Ley debe ser ratificado por el Congreso en treinta días. Pero ¿Cuál es el problema si se dispone de mayoría, bien sea esta real en solitario o conseguida a través de pactos con otros grupos?
 
Desde luego para el Gobierno, ninguno.
Para los ciudadanos, todos, como estamos sufriendo diariamente. Pasamos de los “viernes decretazo” a los recortes y desgraciadamente en demasiados casos a “Los lunes al sol”.
 
La otra conclusión a la que llego es que de nuevo nos encontramos ante una mentira más del PP.
Os confieso algo: estoy empezando a “estudiar” el “programa electoral” del PP, más que nada para saber, que no va a hacer.
 
Cuando el PP decidió, de forma  unilateral, mediante el Real Decreto Ley citado no actualizar las pensiones, el resto de los grupos políticos presentes en el Congreso de los Diputados se unieron -por primera vez- y acordaron suscribir recursos ante el Tribunal Constitucional contra esta decisión del PP.
¿Por qué se llegó a este acuerdo? Fundamentalmente, porque todos los grupos políticos, a excepción naturalmente del PP, entendieron que la subida de las pensiones era una decisión de futuro, porque al iniciar el año, los pensionistas sabían que tenían una subida y una actualización en función del IPC del final de noviembre.
 
Pero no todo son problemas políticos. Entiendo que existe otra problemática, de índole humana que es más importante que la meramente política, a pesar que sea esta la que marca la pauta de actuación.
Estamos hablando de la no revalorización de las pensiones de unas personas que han trabajado durante toda su vida para poder disponer de una jubilación
Y  que no se olvide este extremo.
No es que el Gobierno, generosamente, les done una cantidad que les permita vivir más o menos dignamente, sino que hablamos de personas que han estado cotizando durante 35 años, trabajando día tras día, mes tras mes, año tras año para tener este derecho.
 
Hablamos de un colectivo que necesita cada vez más cuidados y que sufre en muchas ocasiones el deterioro físico que supone la edad y para el que los costes sociales ha aumentado vertiginosamente: medicinas, asistencia sanitaria, transporte, ocio, etcétera.
De una “tercera edad” que -además- en muchos casos está apoyando económicamente a esas familias, sus hijos, sus nietos, que han quedado en el paro, víctima de otros “recortes” y que en ocasiones no cuentan con otra de fuente de ingresos, que la del apoyo económico de sus mayores.

Un apoyo para el que las pensiones son fundamentales. Una pensión, que insistimos no es un regalo. Es un derecho que se han ganado a pulso.
¡¡TRABAJANDO!!
 
Y me planteo otra pregunta: ¿Porqué, otra vez los recortes inciden en los más desfavorecidos, en aquellos que están en una situación más delicada?
 
Seguramente, si se recortara en esos 578 “asesores”, que “asesoran” al Gobierno sin titulación alguna y que han sido “elegidos a dedo”, tal y como ha reconocido el propio Gobierno, ante una pregunta de UPyD (http://goo.gl/a75m5)
Si se recortara –insisto- en tantos otros gastos disparatados como: aeropuertos sin aviones, AVEs sin pasajeros, “presuntas tramas”, “sobres” y hasta viajes a Suiza, no habría que recortar en las pensiones, ni en muchos otros servicios públicos.
 
Ya es hora que los recortes no recaigan siempre en quienes menos tienen.

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