Cuando leo en la prensa noticias sobre “política”: iPpad gratis, coches oficiales con chofer, escaños de lujo, eso sí muy mullidos con los que se premia a aquellos que han demostrado su inutilidad cuando han estado al frente de otras administraciones publicas, gestionando el dinero de los demás y propiciando “ciudades del circo”, aeropuertos sin aviones, estaciones del AVE (porque cada pueblo tiene que tener su estación del AVE aunque no tenga viajeros y sea manifiestamente antieconómica) y como son muy comprensivos que incluso se permiten el lujazo de tener hasta 600 y no sé cuantos más “asesores” eso sí, sin Graduado Escolar “asesorando” sobre sus cosas de las que no saben absolutamente nada, pero cobrando -eso sí- del dinero público del dinero de todos… pues que quieres que te diga, como que me indigno, eso sí, en la intimidad.
Y pienso en esos “partidos políticos” que presentan en sus listas electorales a “imputados” que se incluso se permiten el lujo de decir que están para “servir los intereses de los ciudadanos” eso sí: con la sombra de las presuntas sospechas sobre sus espaldas o con discursos huecos en los que priman las “banderas” de un nacionalismo rancio que trata que nadie se ocupe –ni preocupe- de “lo suyo”.
En definitiva, cuando veo que todo está como está y hasta a donde nos han llevado aquellos a quienes les hemos dado el “poder”… pienso en irme a Alemania, o hasta a Nueva Zelanda…
Pero luego colijo que alguien tiene que luchar por los ciudadanos y sus derechos, por los derechos de nuestros hijos y entonces además de quedarme, me implico, porque quiero, queremos, que nuestros hijos tengan otro futuro que el que parece que al que parece que ahora estén abocados.
Sé que en cada español hay un presidente de gobierno -y hasta de su comunidad-, un seleccionador de fútbol y a veces hasta un torero. Y sé que hasta nos encanta arreglar el País “frente a un café”.
Siempre digo lo mismo: sin nuestra implicación desde las instituciones, sin nuestro trabajo día a día desde las mismas, aquellos que tenemos la suerte de tener esa posibilidad que nos han dado los ciudadanos, lo que pensemos no puede cambiar la realidad.
Quizá, nuestro problema es que faltan aquellos que solo quieren, que solo pretenden ser ciudadanos personas normales, sujetas a los vaivenes de este mercado laboral actual, que no han vivido de la política y que han adquirido –porque creían que así podían ayudar- una responsabilidad política, algo que no solo implica sueldos millonarios, ni “colocar” a tus allegados, sino más bien lo contrario: pensar en aquellas personas que no conocen, pero que tienen derecho a tener un trabajo, una vida y a poderse comprar una TV de plasma –o de lo que sea- porque para ellos el trabajo, el sentirse útiles para la sociedad y que esta lo tenga en cuenta, es importante.
Quizá haga falta menos “políticos” y más ciudadanos que estén en o que hagan política.
Mire Ud. No quiero que me hable de “brotes verdes”, ni que me diga que mañana saldré –saldremos- de la crisis: simplemente quiero poder trabajar, vivir y disfrutar de –y con- las personas a las que quiero.
Simplemente quiero trabajar y que me paguen lo que merezco, poder pagar mi hipoteca, para que mañana no esté en la calle con mis hijos y de cuando en cuando, hasta poder comer fuera de casa.
Como ciudadano, como cargo público, únicamente quiero que quienes están en las instituciones piensen en mí, como si fueran ellos.
¿Eso es política? No lo sé, pero sé que la política tiene que estar al servicio de los ciudadanos y no al contrario.
Y por eso ando -andamos- en UPyD, en estas lides... con la convicción de que "otra forma de hacer política, es posible" además de necesaria.
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