Felicitación navideña atípica

Hoy NO debería ser un día de reflexión, sobre todo, porque el mundo, este pícaro mundo que sigue girando en el Universo y con nosotros en él, debería haber desaparecido en medio de no sé qué cataclismo o “conjunción estelar”.

 

Pero no ha sido así y aquí continuamos.

El Mundo no ha desaparecido. Pero quizá este “estado del bienestar” que algunos se empeñan en privatizar en honor de amigos, familiares y demás fauna carroñera, sí corre el peligro de desaparecer, si no luchas por mantenerlo, si no te implicas, si no defiendes lo que tu corazón dicta.

Pero ahora, luchar contra eso, será a partir de enero.

Prosigamos. Me imagino que es una felicitación de Navidad -fiestas que siento compartir no me gustan demasiado- atípica, pero en cualquier caso, ahí va.

¡FELICES FIESTAS PARA TODOS!

Y como son Navidades incluyo en mis buenos deseos para estas fiestas y próximo año:

En primer lugar a esas personas que han pasado por mi vida y han quedado en mi corazón, a pesar de que no la –ni lo hayan- querido compartir.

A quienes he conocido y ha quienes se han ido para siempre, dejándonos ese regusto amargo en el alma y el recuerdo de los momentos, instantes apenas, que compartimos con ellos.

A todos aquellos que luchan de corazón porque creen que otro mundo mejor es posible y que para eso, la POLITICA con mayúsculas, es necesaria porque al final es donde se toman las decisiones que nos afectan a todos y están en ella, porque piensan con el corazón, que no con el bolsillo.

No tengo en cuenta en mis buenos deseos –obviamente- a quienes especulan que la política no es más que una verborrea vacía, un “medio de vida", una “ocupación” repleta de “asesores” que jamás se sabe sobre que asesoran, de "cargos de confianza", que serán de la suya, de quién los pone, pero no de la de los ciudadanos, que son quienes pagan sus abultados salarios.

 

La política tiene que estar al servicio de los ciudadanos y no es, como parece que piensan algunos, una “ONG” donde “colocar” a los que tenían poltrona y la han perdido.

Sumo a esta atípica felicitación, además, a quienes conoceré y me conocerán, sin ser conscientes, ni ellos, ni yo, porque de todos aprendemos algo de los demás, y dejamos algo en ellos.

Obviamente también están presentes en mis buenos deseos todos quienes están ahí, a mi lado: mi pareja (gracias Gloria) y mis amigos, con los que comparto lo bueno y lo malo que tengo; mi vida en definitiva.

Gracias a todos.

Y ahora…

DISFRUTA DE LA NAVIDAD JUNTO A LOS TUYOS