lunes, 23 de febrero de 2009

laissez faire

Me considero un ciudadano medio de este País nuestro, con una familia, una hipoteca y un coche, vamos, nada excepcional. Y encima, no soy ni de letras, con lo que con los números… me pierdo totalmente. Y eso que me gustaría ser economista, haber si me entero de algo. También considero que tengo la ¿suerte? de disfrutar –eso si- del menos común de los sentidos, que como todos sabemos, es el sentido común… y con todo y con eso, últimamente me encuentro muy, pero que muy perplejo ante la situación que estamos viviendo, y que ya se que es un reflejo de la que se vive allende nuestras fronteras.

Como trabajador por cuenta ajena que soy –toquemos madera- leo las declaraciones del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán que cifra la superación de la crisis en un abaratamiento del despido y en "...situarlo al nivel de los países del entorno de España" en declaraciones recogidas en el diario El País (http://www.elpais.com/articulo/economia/CEOE/pide/abaratar/despido/afrontar/crisis/elpepieco/20080926elpepieco_3/Tes) y en un tono más que preocupante dice: “Ésa es "sólo una" de las sugerencias” ya que en el diálogo social con los sindicatos y el Gobierno, se quiere "hablar de muchas más cosas y de flexibilizar más el mercado de trabajo".

Y luego a esta “solución de la crisis” se suma el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que entra de lleno en el debate sobre el sistema laboral español y el coste del despido en el país, posicionándose a favor de la petición de la patronal de mayor flexibilidad al recortar los puestos de trabajo. (http://www.elmundo.es/mundodinero/2009/02/11/economia/1234354887.html)

Y aquí comienza mi perplejidad. Aún en tiempos de bonanza económica, que los ha habido, también aparecía de cuando en cuando esa “solución”. Es curioso que siempre la forma de salir de la crisis siempre radique en los trabajadores que tenemos que apechugar con ella en dos vertientes: en la de los problemas económicos para cumplir con sus obligaciones económicas (si no el Banco se queda con nuestros bienes) y en la de una perdida de los derechos laborales…

Lo que si tengo muy claro es que la salida de la crisis –que la habrá, recuérdese si no la crisis del 92- en la que pasamos de ser un País paradigmático (Olimpiadas de Barcelona y Expo de Sevilla) a ser un País “que se tenía que apretar el cinturón” según frase de Felipe González, recaerá sobre los de siempre: sobre los ciudadanos.

Pero para eso hace un esfuerzo de todos. Me consta que hay muchos empresarios que están dejándose la piel para defender aquello que con tanto esfuerzo han levantado. Pero también hay otros que están aprovechándose de la crisis para solicitar ayudas –a pesar de tener ganancias- o para “ajustar las plantillas”. De nuevo la eterna diferencia entre aquel empresario que genera riqueza y el que la aprovecha para su lucro personal.

Que debe haber una ganancia, es una realidad, es la base de la empresa privada. Pero ese beneficio tiene que alcanzar a todos, en la medida que coresponda y no solamente a unos pocos, que cuando las cosas van bien defienden el no intervencionismo del Estado “laissez faire”, dejar hacer, y cuando no van tan bien, solicitan ingentes ayudas a ese mismo Estado, cuya fuente primordial de financiación no deja de ser nuestro dinero, con la amenaza del cerrojazo, flexibilización del mercado laboral, o cualquier otra idea "milagrosa" que se le haya ocurrido a un economista que aún no se ha enterado que los experimentos se hacen con gaseosa, no con el pan, ni el trabajo de las personas, por mucho que haya hecho la carrera en una universidad privada y de postin.

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