La definición clásica de democracia es… “…doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno…” Bien, como sabéis yo milito en un PARTIDO POLITICO: UPyD (y lo pongo en mayúsculas para que quede claro… no porque grite) pero para los “puristas de Internet” lo pondré únicamente en negrita: milito en UPyD pero es qué además de militar… creo en este proyecto (como muchos otros y anónimos compañeros) y trabajo –mejor o peor, pero desde mi más absoluta convicción- por él.
Por lo tanto, me permito trasladar -en mi militancia- el “favorable a la intervención del pueblo en el Gobierno” a la siguiente traducción: “favorable a la intervención de los afiliados en el Partido”.
Por eso, cuando leo que algunos se permiten hablar de una presunta falta de democracia interna –así como de un presunto menoscabo a los estatutos del Partido- pues le doy vueltas y más cuando tengo la convicción de que cuando ciertos personajes se presentan a las elecciones internas y algún otro compañero (en buena lid) opta a lo mismo... se ponen de “uñas”… y eso, que quieres que te diga… me preocupa.
Estos individuos no los conocen –los estatutos- pero si se permiten el retorcerlos al son de sus intereses... y lanzan diatribas furibundas –sin saber muy bien el cómo, pero si el porqué- al aire de lo que a ellos les afecta personalmente y no teniendo en cuenta los intereses de los de los ciudadanos de este País…
… y me encrespo.
Y pienso –me permito pensar, porque soy un ser humano libre, nacido en Caspe, y no en ninguna provincia de China y qué además no me llamo Liu Xiabo y en consecuencia no me han dado ningún Premio Nobel a la Paz- ¿Estarán en lo cierto el PSOE y el PP cuando elijen “dedocráticamente” a sus “candidatos”…?
En UPyD, cualquier afiliado se puede presentar a lo que entienda que se debe presentar. Es más… un afiliado que conozco personalmente, se postuló como candidato a unas primarias llevando menos de seis meses en el Partido Estatutos UPyD y le pregunte ¿y cómo has decidido presentarte como candidato…? y me respondió: “…me hacía ilusión presentarme como aspirante a algo en un Partido político en el que no se exige nada para presentarse a ningún cargo, más qué el deseo de hacerlo y la convicción de que puedes hacerlo bien y cumplir las expectativas que los compañeros depositan en ti…”
Me quedé cavilando… ¿somos los únicos que hacemos eso? Y la respuesta, fue SI. Porqué en este Partido se opina que democracia interna significa “intervención de los afiliados en la elección de quienes quieren que les representan”
Eso significa que se pueden producir tensiones en el seno del Partido -nada que ver con las de Tomas Gómez y Trinidad Giménez, con triunfadores y derrotados- en definitiva algo que en otros partido por su sistema de “elección” no acontece y que hace que se conviertan en una “democracia” formal, pero no real.
Significa que los afiliados de este Partido tienen algo muy importante: voz y voto y que eso les –nos- permite elegir a nuestros representantes… A los que pensamos que son los mejores… y ya se sabe “Roma Locuta, causa finita” que en traducción muy libre puede significar “los afiliados han hablado… se eligió al mejor” Y yo añado… y todos con él… o ella.
Y esa, para mi, es la grandeza de UPyD… fricciones, algún que otro pequeño problema… pero democracia pura y dura… el gobierno de los mejores…
Ahora nos queda trasladar ese mensaje a la ciudadanía, sin contar con grandes medios, no tenemos a la prensa ocupándose de nosotros –es más, tratan que no existamos- tampoco tenemos caramelos, bolígrafos u otros regalos, solo tenemos ideas, ilusión, ganas de cambiar las cosas y animo de ser tu voz como ciudadano.
Por eso, si mañana –o pasado- ves en la calle una persona con un mandil, una camiseta o una gorra magenta que te ofrece un díptico, un folleto… no lo cojas únicamente… acércate a ese ciudadano como tú, pregúntale, habla con él… y luego saca tus propias conclusiones.
Piensa si puedes depositar tu confianza en él.
Ante todo, este es un pequeño blog, apenas las simples entradas de un Paseante que hace su camino andando por Internet y que se permite el sano ejercicio democrático de reflexionar sobre lo que a mí, como ciudadano me preocupa y sobre la vida política de nuestro País. A pesar del trabajo y otras obligaciones, intentaré llenarlo de contenidos. Este es un blog subjetivo y a pesar de ser un afiliado de UPyD las opiniones aquí vertidas son a titulo meramente personal.
sábado, 11 de diciembre de 2010
domingo, 14 de noviembre de 2010
Los incidentes en la manifestación de apoyo al pueblo Saharaui.
Hoy UPyD ha estado en la manifestación de apoyo al pueblo Saharaui que ha transcurrido desde Atocha a Sol. Es curioso pensar como algunos individuos concurren a cualquier acto, independientemente de lo que se apoye en el mismo, con la sola intención de provocar problemas, sin importarles cuál era la esencia de esta manifestación: protestar por la violencia que impera en el Sahara.
Durante el recorrido, una serie de niñatos (presuntamente de extrema izquierda) de rostros tapados y orquestados por algunos individuos que no merecen ni tan siquiera tal calificativo –el de niñatos- se han dedicado a provocar a los afiliados de UPyD que estábamos en la misma, mediante la utilización de la dialéctica que les es propia, esto es: insultando estúpidamente, llamándonos fascistas, haciendo “calvos” –indudablemente es la única función de sus posaderas- tirando petardos, arrancándole a un militante una chapa de UPyD y quitándole a otro una gorra magenta… y gritandonos que porque llevábamos la bandera de España, la única de toda la manifestación, eramos unos fascistas.
En definitiva, haciendo gala de sus fuertes –sin duda- convicciones “políticas”
Entiendo que las personas tenemos inteligencia y capacidad dialéctica… ¿Todas? Todas no. No se puede dialogar con artistas de la sordera política, con individuos que van predispuestos a usar la violencia –sea física o verbal- contra aquellos -o aquello- que no pueden rebatir utilizando esa inteligencia y dialéctica que se les supone como seres humanos.
Como siempre, habrá comentarios –ya ha comenzado a haberlos en algún medio- al respecto, en los que esa conducta “tan democrática” es justificada por algunos diciendo: “…los del PP y UPyD van a este tipo de manifestaciones a provocar con lo que es normal que haya personas que se enfaden con ello…”
¿Provocar por llevar una bandera de España… en España.
Me imagino, que en una vuelta de tuerca más, alguno incluso alguien dirá que no nos insultaban por llevar la bandera de España, sino porque somos unos oportunistas ¿Oportunistas por acudir a un acto en defensa de algo que ha sido parte integrante de la propia génesis del Partido?.
Se lo que ha sucedido, he escuchado los insultos y he sido testigo directo de violencia de la que hemos sido objeto, no porque lo haya leído en la prensa, sino porque al igual que otros muchos compañeros, estaba allí.
Al lado de la cabecera de UPyD, algunas personas portaban banderas republicanas… detrás de nuestra cabecera ikurriñas, banderas del PCE, saharauis… y desde luego ningún afiliado de este Partido les ha increpado en modo alguno porque ofrecemos lo mismo que exigimos: respeto. Y si en algo no estamos de acuerdo, estamos dispuestos a hablarlo de tú a tú, poniendo encima de la mesa nuestros puntos de vista, nuestros argumentos y nuestras convicciones, en un debate enriquecedor, no mediante la violencia o el insulto.
Y mientras tanto, los saharauis, que deberían haber sido los verdaderos protagonistas de esta manifestación –solidariamente- se han unido a nosotros, detrás de la pancarta de UPyD, para mostrar su apoyo a un Partido que ha hecho de su problema una bandera, desde hace mucho más tiempo del que algunos de los que nos insultaban, recordaran.
Continuamos con la marcha, más o menos tranquilos, hasta que se dio por finalizado el acto, momento en el que Rosa, que había estado en la pancarta principal, vino a saludarnos… y vuelta a empezar. De nuevo insultos: personales, contra la bandera… de tal forma que los compañeros hemos hecho una cadena, enlazando nuestros brazos e impidiéndoles entrar en el núcleo en el que se encontraba la bandera, la pancarta y Rosa para evitar mayores problemas. ¿Cómo les hemos respondido? ¿Cómo les hemos enfrentado? Con una sola palabra, con un solo grito: Libertad.
Esa libertad que estos individuos que nos empujaban dicen defender pero niegan a los demás, a aquellos que no “pensamos” como ellos (os aseguro que me cuesta unir esas dos palabras pensar y ellos)
Cuando finalmente nos hemos ido, lo he hecho satisfecho, y apesadumbrado; satisfecho porque hemos demostrado que frente a la “argumentación” de unos “elementos” que tras sus rostros ocultos, buscaban únicamente “bronca”… está el derecho -nuestro derecho- a expresarnos en libertad. Hemos estado -y debíamos estar- ahí, porque la calle es nuestra –de los ciudadanos- y no podemos permitir que la sinrazón y la violencia de estos energúmenos se apodere de ella.
Nuestra acción política está cimentada sobre las bases de la libertad, la democracia, las ideas, la integridad y el respeto hacia los que no piensen como nosotros, no sobre la sinrazón, la violencia o la corrupción.
Para eso… están ellos, los que piensan que la calle es suya y que la violencia es la solución.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
La singladura de un navío llamado España.
Ahora mismo este barco navega en mitad del proceloso océano, en una errática derrota que se quiere solucionar con un mero cambio de Gobierno… ¿de Gobierno, de tripulación?... de los ministros que acompañan al capitán en un periplo, en definitiva… ¿hacia dónde?, quizá ese sea el problema, porque sea quien sea el timonel, las instrucciones, las da el capitán, un capitán que no sabemos hacia adonde nos dirige, ni él ni quienes le acompañan en el puente de ese navío.
Pero a ellos, les da igual porque no son más que palmeros de lo imposible, defensores de prebendas inmerecidas… que aplauden con convicción a quién se las regale donosamente, sea capitán, contramaestre… o simplemente el grumete.
Las cubiertas de este navío que naufraga poco a poco están repletas de miembras -y algún miembro, imagino- de modernas y modernos, de liberales de pacotilla y de fauna del más variado pelaje que se nutre de los fondos públicos, que comienzan también a ser consientes de que este –otrora imponente navío- se está convirtiendo en un simple naufragio, por lo que hasta algunos de sus más preclaros miembros (¿los de la ceja?) lo abandonan, buscando otro que los acoja en cómodos camarotes.
Consciente de que algo no va bien, el capitán –en lugar de cambiar la derrota- se limita no a variarla, sino a poner como segundo oficial (oficial de puente) a un tal Rubalcaba, para que bregue con la tripulación, y sobre todo con los galeotes –que bogan en las entrañas del barco para que este avance- y que en un día pueda, incluso ocupar el cargo de capitán en ese navío que navega hacia ninguna parte.
Este navío ha perdido el Norte entre una algarabía de medidas presuntamente modernas, pero que tienen que pagar quienes componemos la sufrida clase media. Un País repleto de parados (y que conste que a mí del paro no me preocupan las cifras, me preocupa más el drama de cada ser humano que está detrás de cada número, con sus hijos, con sus hipoteca, con su desesperación…) ¿La solución? Reseñar en el diario de abordo unas EPAs en las que se cuenta a parados que están realizando cursos de formación, a funcionarios… a quién haga falta para que las cifras sean “racionales”
¿Alguien le ha dicho al Sr. capitán que una cosa son las cifras… y otra las personas?
Me gustaría que alguien tuviera en cuenta cuales son los problemas reales de la ciudadanía de este País, y no solo aquellos que el capitán de este navío cree que son los importantes. Quizá algún día debiera bajar y hablar con los galeotes, con los que bogan, de los temas importantes.
Hablar de “presuntas” negociaciones con terroristas y con sus ideólogos porque si se negocia con los terroristas o con los que les apoyan, no se está más que dando un “balón de oxigeno” en un juego al que ya han jugado en otras ocasiones. El querer ser recordado como el “presidente que acabó con ETA” ha pasado por la mente de muchos Presidentes: Felipe González, José María Aznar y ahora el Sr. Zapatero podrían hablar de eso. Pero la realidad es que la banda ha propugnado este juego a través de comunicados de treguas envenenadas que han aprovechado para reorganizarse.
O se podría hablar –también- de la venta de lo que es de todos, con vistas a continuar nos meses más –apenas- detentando un poder ficticio, como la negociación a la que hemos asistido –incrédulos- con el PNV, que ha consagrado que igual que existían ciudadanos de primera y de segunda -dependiendo de en qué parte del País se haya nacido- ahora también tenemos parados de primera (que por mor de la citada negociación para el apoyo de los Presupuestos Generales, cobran más en el País Vasco y parados de segunda, que en el resto del País cobraran menos) cuando entiendo que todos aquellos que tienen la desgracia de encontrarse en el paro, deberían recibir las mismas prestaciones, por la sola razón de ser ciudadanos de este País.
De tirar el dinero público –si, ese que no es de nadie, pero que creo que es de todos- en ayudas “muchimillonarias” a sindicaleros –perdón sindicalistas- de países de América del Sur, ¿quizá en el seno de esa exótica cosa que se llama “Alianza de las civilizaciones” o en cualquier peregrina idea que pueda sugerir modernidad?
De los problemas con Marruecos que utilizan Ceuta y Melilla como moneda de cambio frente al conflicto saharaui. Un conflicto que propició el último gobierno de Franco, dejando a los saharauis abandonados a su suerte, porque alguno de otro de sus ministros ya había llegado –presuntamente- a un acuerdo con Hassan II para la explotación de los fosfatos del antiguo Sahara español, a través de “empresas mixtas”. El problema es que cuando Hassan II se encontró en el Sahara... ya se sabe “donde dije digo, digo Diego”.
¿Y cómo se hace frente a ese conflicto? En lugar de poner las cosas en su sitio, se transige, se ayuda, se da dinero, trata de “hacerse amigo” de nuestros “vecinos del Sur”, expertos en la política del “palo y la zanahoria” con España, con la esperanza de que no exijan algo que no es suyo, Ceuta y Melilla, que ya eran españolas antes de que el Reino de Marruecos estuviera tan siquiera esbozado. Y mientras tanto, en este País, asistimos a denuncias de asociaciones islámicas –algunas hasta “culturales”- que se permiten el lujo de denunciar –y exigir- aquí, lo que no se atreven a denunciar –y exigir- en sus países respectivos.
O de que España, en política internacional, tiene la misma importancia que los tratados que discuto yo en la junta de vecinos de mi comunidad ¿o menos?. Bueno, eso ya está solucionado con el último cambio de tripulación. La perdedora de las elecciones de la FSM –ahora ministra de Asuntos Exteriores, que da más relumbrón que Sanidad- se dedica a visitar a mandatarios –como el Sr. Evo Morales- para desearle su pronto restablecimiento, mientras en los campamentos de refugiados saharauis corre la sangre. Evidentemente la sonrisa de Trinidad Jiménez, luciría menos en el Sahara.
He hablado del Sr. Zapatero pero no del principal partido de la oposición, otro mastodóntico bajel que permanece al pairo, esperando recoger a quien salte de la borda el día que el barco del Sr. Zapatero se hunda definitivamente. ¿Por qué no hablo del PP? por dos razones: La primera porque no están en el poder ejecutivo, se limitan a seguir la estela de su antagonista, y entiendo que de quién hay que hablar es de quien está en disposición de poder hacer las cosas.
La segunda es porque más allá de lo suyo; "cosas de juzgados" y las penosas penurias económicas de sus dirigentes (en su día la Sra. Aguirre y útilmente la Sra. Cospedal) etc. no existen como contrapunto al partido del gobierno, como oposición, ni tan siquiera en el papel de ese contramaestre taimado que siempre intenta ocupar el puesto del capitán sublevando a la tripulación. Si uno es malo… el otro… el otro ni tan siquiera es bueno.
Por eso, me temo que este navío que se llama España, no saldrá de su marasmo en Mar de los Sargazos, hasta que la pequeña piragua magenta que se vislumbra en el horizonte logre abordarlo y hacerlo navegar –de nuevo- hacia su puerto de destino, utilizando su programa, su ilusión, el trabajo y el contacto con los ciudadanos.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Terminaron las primarias de UPyD.
Si, ya han finalizado. El sábado hubo un desfile de compañeros cansados, pero satisfechos, que portaban las urnas -desde los diferentes lugares de votación- hacia la sede del Partido. Algunas personas –en la calle- nos miraban extrañados… y quizá hasta se sorprendieran que no les quisiésemos vender algo. ¿O quizá se sorprendieran de ver la democracia en acción?
El sábado 23 de octubre la voz de los afiliados se escuchó a través del único altavoz que permite y admite la democracia: las urnas y algo que aparecía en algunos medios como negativo, que era el ”caballo de batalla” de otros partidos, la falta de candidatos de este Partido, se ha resuelto… se ha disuelto como una pompa de jabón… y de la forma más democrática posible… mediante su elección por parte de los afiliados.
Me da por pensar el porqué otros partidos veían esto como algo negativo: evidentemente por la falta de sentido común: En UPyD no podíamos tener candidatos por la sencilla razón de que aún no se habían realizado las elecciones primarias, que este Partido realizan siempre, aunque solo exista un candidato. No en todos los partidos existe la "dedocracia".. o las "primarias de segunda división".
Pero para su tranquilidad les informo que Luis de Velasco Ramis, para la Asamblea de Madrid y David Ortega, para el Ayuntamiento de Madrid, son nuestros candidatos. Sé que no es una información novedosa, puesto que incluso ha aparecido en medios de comunicación nacionales ¡¡albricias!!... pero con todo y con eso, me permito el informales, por si no han podido leer la prensa. Es más: incluso tenemos candidatos para diversos ayuntamientos de la Comunidad de Madrid.
Estamos hablando de unos candidatos (los de la Asamblea, los del Ayuntamiento de Madrid, y lo de otros Ayuntamientos) que han hecho campaña entre los compañeros del Partido –que les tenían que elegir- que han trasladado como y de qué manera iban a representar a UPyD –y a ellos, a los afiliados- en las instituciones y que han tenido –en definitiva- que someterse al escrutinio de quienes les tenían que votar.
A esto, se le denominan primarias; primarias en el sentido preciso de la definición.
¿Y como se ha hecho?. Nuestro Partido no dispone de multitud de sedes, ni de toda esa parafernalia tecnológica –de luces, sonido y quimeras- de la que tan sobrados andan otros partidos y tan de moda está últimamente en el mundo de la política… Estas reuniones se han celebrado en hoteles, en restaurantes, con la cercanía que da el “tú a tú”, con la seguridad de poder preguntar… y sobre todo, con la confianza de que va a haber una respuesta a tu pregunta, y que si no la hay, la puedes demandar. Y en otras ocasiones, cuando se han organizado actos en los que han participado todos ha sido con la pretensión de que hasta el candidato al más remoto de los ayuntamientos a los que optaremos, pudiera presentarse y darse a conocer, a cuantos estábamos allí o los veían a través de Internet. Y eso -evidentemente- se ha hecho con el esfuerzo de la organización y de quienes estaban tras las cámaras o controlando la mesa de sonido, o montando el escenario con sus manos, sin pensar que eran miembros (o miembras) del Consejo Territorial de Madrid o de Logística.
Sé que esto puede parece exótico a esos partidos que sí disponen de esas sedes perfectamente dotadas con todos los medios multimedia imaginables, en las que para ser candidato necesitas avales (firmas) que quedan en conocimiento del “aparato del partido” y mediante las cuales -la frase de Alfonso Guerra es profética para algunos partidos- el no “apostar” por el candidato ganador puede hacer “que no salgas en la foto”. Y eso, es malo, muy malo –me imagino- cuando se es asesor de algo. En este Partido tenemos una enorme ventaja que nos da la libertad de defender lo que pensamos que es justo: todos tenemos una ocupación que no es la política.
Cada partido… tiene sus prioridades, eso es evidente. Hasta UPyD las tiene: los ciudadanos.
Ahora, queda una trabajo ímprobo -más bien una tarea de titanes- para que estos candidatos elegidos “sin trampa ni cartón” estén representándonos en todas las instituciones a las que opten, con esa escasez de medios –que no de ilusión y de capacidad de trabajo- que nos caracteriza.
Y que nadie crea –ni por asomo- que hablo únicamente de los dos compañeros que han resultado elegidos para la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid. No. Me refiero también a todos aquellos candidatos elegidos en primera vuelta que se presentaran en sus respectivos ayuntamientos, porque en este Partido, todos tenemos el apoyo de todos, todos tenemos la ayuda de todos, con la finalidad última de poder servir al ciudadano.
Nos esperan días de ilusión, de mucho trabajo, trabajo y más trabajo, de algún que otro sinsabor, de aplicar nuestro programa… y todo con el objetivo de hacer llegar nuestro mensaje a esos ciudadanos, que a pesar de ser de UPyD, aún no lo saben. De esos ciudadanos que esperan que finalmente se escuche su voz y alguien –unos políticos en el mejor de los sentidos de la palabra- les entienda y les atienda.
Y ese reto lo estamos dispuestos arrostrar, porque estos mismos ciudadanos a los que me refería antes… lo merecen.
Y ahora... ¡¡Al trabajo!!
sábado, 23 de octubre de 2010
Las primarias y los candidatos de UPyD: final de campaña y valoración.
Algún compañero forero –y además amigo- (como Ciudadano Quien) ha expresado su intención de voto ante estas primarias y yo también, me permito escribir esta entrada acerca de las mismas y que se llevan a cabo en un Partido en el que como es sabido milito: UPyD.
Yo, por mi parte, voy decir cuál es mi candidato, porque tengo muy claro a quién considero el más apropiado -y quienes me conocen lo saben- Luis de Velasco. Para el Ayuntamiento de Madrid… pues como no puedo votar… aunque también tengo mi favorito.
Lo que sí quiero es transmitir cuál ha sido mi impresión después de estos quince intensos días de campaña, en la que he procurado –no solo estar, sino que además atender y comprender- las intervenciones de los compañeros que se presentaban a la Asamblea de Madrid, al Ayuntamiento de Madrid, o a aquellos Municipios en los que en primera vuelta, se presentan candidatos del Partido.
¿Qué puedo resaltar, según mi punto de vista, de lo que he visto –y oído- respecto de los candidatos: varias cosas, que paso a enumerar.
Ilusión: Todos los candidatos –independientemente de a qué optaran- han transmitido una ilusión por este proyecto. Una ilusión por servir –que no servirse- de los ciudadanos. Es la palabra que junto con honestidad y transparencia, más he oído en cualquiera de las intervenciones a las que he asistido.
Transparencia: Que se ha transmitido en todos y cada uno de los actos se han retrasmitido en directo a través de Internet para que cualquier afiliado –o ciudadano de este País- pudiera seguirlo en directo. A eso se le llama “luz y taquígrafos”. Este Partido no tiene nada que ocultar. Simplemente trata de hacer frente a ese “silencio mediático” que acompaña a UPyD desde su fundación con los modestos medios -los de un Partido sin hipotecas, ni económicas, ni políticas- de los que dispone.
Nerviosismo: y –al menos para mí- no es algo negativo. He visto ciudadanos –compañeros- nerviosos, porque para algunos era la primera vez que se enfrentaban a semejante reto: hablar delante de un grupo numeroso de personas, como me pasó a mí cuando tuve que participar en un acto en Getafe.
¿Qué impulsa a un ciudadano –como tú o como yo- lo que se denomina “normal” a enfrentarse a ese trance? Para mí está claro; el deseo de servir a sus conciudadanos. Algunos candidatos lo han hecho mejor, y otros no tanto –para que nos vamos a engañar- pero una cosa tengo muy clara: a “hacer discursos”, a mover las manos de forma convincente, a jugar con el tono de la voz… se puede aprender, pero en cambio a pensar por y para el ciudadano… a transmitir la preocupación personal –y real- por este País y sus convecinos… a eso no se aprende. Eso se “lleva dentro”.
Y tengo la seguridad de que aquellos afiliados a este Partido que resulten votados en estas elecciones primarias -y posteriormente puedan ser elegidos por los ciudadanos en las elecciones del próximo año- lucharan por los intereses de todos, como si fueran los propios.
A mí, como ciudadano lo que me interesa en que alguien –un concejal, un consejero y hasta un diputado- se preocupe por mis problemas como ciudadano y no de aquellos que me “vendan humo” únicamente.
Se ha dicho –como algo negativo- que los candidatos de UPyD son desconocidos: Perfecto. ¿O alguien quiere candidatos como los de otros partidos “tan conocidos”? Básicamente, conocidos por sus entradas en los juzgados...
Sorpresa: Y utilizo la palabra correcta: sorpresa al ver como compañeros, personas como tú o como yo, son capaces de aprender –de un acto a otro- a transmitir sus ideas, sus ideales, capaces –en definitiva- de qué como ciudadano, te veas reflejados en ellos y que te transmitan la convicción de que están ahí para defender tus intereses como ciudadano, no los suyos personales.
Respecto a la organización de esta campaña de primarias:
Me ha quedado claro el trabajo –callado y en la mayoría de las ocasiones no suficientemente valorado- de aquellos que están entre bambalinas: Dirección Nacional, Comisión Electoral, Gestora de Madrid, Organización, Comunicación, Organización Territorial, en definitiva aquellos compañeros que se han preocupado que quienes estuviésemos interesados pudiésemos seguir todos y cada uno de los actos y que tus aspiraciones como ciudadano se vean representadas –finalmente- en un partido político. Lo siento, no tenemos la estructura del PP o el PSOE ¿Partido Socialista Obrero Español?... pero se les puede asesorar.
También me ha quedado claro ¡¡sorpresa!! que UPyD es el Partido que puede cambiar la política de este País y que está compuesto por personas –somos ciudadanos- que hartos de “profesionales” de la política quieren -queremos- no decir solamente “bonitas palabras” sino actuar.
Solo me resta lanzar un mensaje a los afiliados: ID A VOTAR, demostrad que todos cuantos estamos implicados en este Partido, en los valores que representa, en lo qué significa y en lo que significará para este País, estamos dispuestos, mediante nuestro voto a decir a todos los ciudadanos que otra política comienza hoy.
Tengo la satisfación -y estoy seguro de ello- de haber vivido un momento histórico.
Una antigua amiga me escribió un correo diciéndome, entre otras cosas: “…veo que te has metido en política lo cual en los tiempos que corren me parece de una valentía envidiable…” Bien pues esa "valentía" es la que anima a todos y cada uno de los afiliados a este Partido.
Y que conste -en acta- que no me presento a nada y que el candidato que elijan los afiliados -mis compañeros- SERA MI CANDIDATO y trabajaré con la misma ilusión, honestidad y tesón porqué todos trabajamos por una ilusión, no por una persona.
lunes, 11 de octubre de 2010
Las primarias del PSOE y las de UPyD
De un tiempo a esta parte, en todos los medios de comunicación de este País se ha puesto en boga el término “elecciones primarias” y siempre referidas a un partido en concreto: el PSOE (espero que las primarias de UPyD tengan el mismo espacio en las páginas de los medios de comunicación)
Un partido que ha hecho de este término “necesidad, virtud”. Es más, ahora se presentan casi como los inventores de las mismas, cuando en realidad –ya sabemos que la memoria humana es frágil- es que las han llevado a cabo porque uno de los candidatos (Tomas Gómez) que se debía de retirar ante la imposición de otra candidata (Trinidad Jiménez) por parte del Sr. Zapatero, no lo ha hecho. Y la única forma de dirimir el conflicto era mediante la realización de unas “primarias”.
Por eso, me llama la atención que en un vídeo que pulula por Internet El Sr. Tomas Gómez se permita trasladar el caso de su partido –y el suyo personal- a otros partidos -UPyD en concreto- cuando en UPyD se realizan primarias por sistema, aunque solo haya un candidato.
Evidentemente, nada que ver con su caso, ni el del partido en el que milita.
Por lo tanto, no me puedo creer que las primarias del PSOE sean un acto de pura democracia. Más bien creo que son un sistema para dirimir una lucha entre aquellos que le deben el puesto al Sr. Zapatero –y que saben que estarán el mismo mientras él esté- y quienes creen que su tiempo ya ha pasado y pugnan por ocuparlo, junto con quienes les han ayudado a alcanzar su objetivo.
En cuanto al otro “gran partido”, ese que presuntamente se encuentra en la “oposición” no me extraña que el ínclito Don Mariano Rajoy desprecie “las primarias del PSOE”. El Sr. Rajoy desprecia cualquier tipo de primarias y democracia interna en el seno del PP, porque su ausencia le permite “tener sujetas las riendas” y mantener un poder que tiene poco de democrático, por más que de un tiempo a esta parte, haya intentado ocultar la verdadera naturaleza de su partido –y digo su, con toda intención- bajo el disfraz de cierta preocupación “social” y un aspecto “netamente democrático”.
Pero ciñéndome a lo que me interesa ¿Cuál ha sido una de las diferencias entre las primarias de UPyD y las del PSOE? Y pongo este ejemplo porque –aunque a regañadientes en el caso del PSOE- son los únicos partidos que las llevan a cabo.
Por una parte, mientras en las del PSOE todos –gracias a la prensa- estábamos “al tanto” de sus problemas de censos, de agrupaciones “suspendidas” o del número de avales necesarios para ser candidato...
… en UPyD hubo una sorpresa ya que si bien en un primer momento cuatro compañeros (dos a la Asamblea de Madrid y dos al Ayuntamiento) habían manifestado en diferentes medios su interés en postularse como candidatos, a estos cuatro iniciales se han sumado más, de forma que para la Asamblea de Madrid se presentan cinco en total (David Martín Marero, Francisco Javier García Núñez, Juan Manuel Martin Pérez, Luis Baeza-Rojano Cauqui y Luis Velasco Rami) mientras que para el Ayuntamiento de Madrid se presentan cuatro personas (Augusto González González, David Ortega Gutiérrez, Francisco Javier Flores Vaquerizo y Raul Almendros Molina)
Y este alto número de postulantes, para todos los que estábamos en el acto de presentación de candidatos que se celebró el jueves 7 en el Hotel Colón, supuso una agradable sorpresa.
¿Por qué no se conocía a priori el número de candidatos? Porque en este Partido, cualquier afiliado se puede presentar, sin avales, ni ningún otro requisito y al no necesitarlos, los hubo que se postularon a última hora, sin más restricción que su voluntad.
Y como en este Partido existe, no una democracia formal, sino real, este mero hecho supone una doble responsabilidad: tanto para los candidatos y como para los electores.
Para unos, el sentirse lo bastante capacitados –y suficientemente fuertes- como para representar las ideas de UPyD y a los ciudadanos en las instituciones en las que puedan estar.
Para los otros -los afiliados que los deben elegir- votar a los mejores.
Yo, como afiliado, tengo muy claro cuál debe ser el sentido de mi voto: Debo pensar en quién puede representar mejor las ideas –y los ideales- del Partido.
Y esto es difícil, porque hay candidatos, que por las labores que han estado realizando -en razón de su cargo- son muy conocidos entre aquellos que les deben de votar y en cambio otros se han dedicado a trabajar –calladamente- colaborando tanto en la redacción de los estatutos del Partido, como en la redacción de las propuestas parlamentarias que ha presentado el Partido… un trabajo en definitiva muy importante, pero desconocido –quizá tanto como sus personas- para la mayoría de los afiliados. Y a unos y otros se unen –además- otros candidatos que son –nada más y nada menos- que afiliados que ponen –y han puesto- todas sus ilusiones, sus energías y su trabajo en este proyecto.
Por eso –porque soy consciente de mi responsabilidad como afiliado- escucharé a todos los candidatos, oiré sus propuestas… y el día que vaya a depositar mí voto -permitidme que sea totalmente sincero- no pensaré en el más conocido, ni tan siquiera en el más ilusionado… Recapacitaré en cuál de los candidatos que se presentan estará más capacitado tanto para representar y defender el mensaje UPyD, como para que la voz del ciudadano se escuche –finalmente- en las instituciones, porque creo que es algo que debo a este Proyecto y a este País.
Y después de las elecciones, aquel candidato en quién los afiliados hayan depositado su confianza, contará con todo mi apoyo, mi trabajo y mi ilusión, porque estaré apoyando a quien han elegido los afiliados.
Solo me resta, desde aquí invitar a todos –afiliados o no- tanto a ver el perfil de los distintos candidatos y que están recogidos en la pagina tucandidato como invitaros a los diferentes actos previstos, en los que quienes se postulan a la Asamblea de Madrid, al Ayuntamiento de Madrid y a los distintos municipios en los que UPyD se presentará en la Comunidad, harán llegar sus propuestas y que podéis consultar en la página web del Partido.
Por cierto, ya anticipo que todos los perfiles tienen algo en común: no son los de políticos, son los de ciudadanos que hacen política, y que además, creen en lo que defienden.
sábado, 2 de octubre de 2010
De primarias y candidaturas en UPyD.
Ayer día 1 de octubre, Unión Progreso y Democracia de Madrid convocó la apertura de la presentación de candidaturas para elegir a sus candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, al Ayuntamiento de Madrid y a las alcaldías de 19 municipios más de la Comunidad : Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón, Aranjuez, Boadilla del Monte, Collado Villalba, Fuenlabrada, Getafe, Las Rozas, Leganés, Madrid, Majadahonda, Meco, Móstoles, Nuevo Baztán, Pinto, Torrejón de Ardoz, Torrejón de la Calzada y Valdemoro.
Este anuncio demuestra -por imposible que parezca- que existe vida –política sobre todo- más allá del PSOE. Y digo PSOE porque el PP, desde el punto de vista de la política interna –y aún de la otra- está muerto.
Y también indica que existen partidos en los que se está viviendo un proceso de primarias, aunque no ocupen los titulares de la prensa, como en el caso de las “primarias” del PSOE.
¿Por qué entrecomillo la palabra “primarias” en el párrafo anterior? Personalmente entiendo que unas “primarias” en las que los candidatos tienen que “ser avalados”, en las que aparecen agrupaciones enteras que no pueden votar por estar suspendidas… al final se convierten más en un escaparate del poder de determinados grupos de presión internos, que en un mero ejercicio de democracia interna. Me parece más una pantomima, que un proceso electivo serio en el cual los afiliados puedan mostrar su opinión respecto a quién es el mejor candidato de entre los que se postulan.
Creo que es muy triste que entre compañeros de un mismo partido, que se supone comparten una visión política común, nadie se fie de nadie -como ocurre entre Trinidad Jiménez y Tomas Gómez- o que continuamente aparezcan en los titulares de la prensa noticias respecto a “recuentos fraudulentos”. ¿Será que con el paso del tiempo y el ejercicio del poder se ha perdido la perspectiva de cuál es su función –como políticos- tanto respecto a sus afiliados, como a los ciudadanos de este País?
Pero dejando a un lado otros procesos electorales internos y como he señalado en el primer párrafo de esta entrada, en UPyD también se ha iniciado un proceso de primarias para dirimir varias cosas: Quienes son los compañeros que se presentan a las elecciones locales y a las Autonómicas.
¿Y cómo lo hace? A través de un proceso callado, pero auténticamente democrático.
En Unión Progreso y Democracia existen varios elementos diferenciadores de los procesos de primarias, con respecto a otros partidos:
Un partido político, como cualquier otra organización humana tiene que optar por una forma u otra de organizarse en todos sus aspectos, y en el mecanismo de primarias, entre ellos. ¿Cómo se elige a los candidatos? ¿Impone el candidato la dirección del partido, como en el PP?, ¿Solo se realizan primarias en el caso de que existan varios candidatos, como en el PSOE?, ¿Se llevan a cabo siempre, como UPyD?
Entiendo, que el último caso, es el más justo, tanto en cuanto que son los afiliados –todos los afiliados- quienes a través de sus votos, eligen al candidato que ellos entienden más idóneo.
En UPyD las primarias están recogidas estatutariamente (Artículo 52 de los Estatutos) esto es, no se celebran porque aparezcan dos o más candidatos; se celebrarían aunque solamente existiera un candidato, porque los afiliados decidieron que así fuera en su I Congreso.
Así mismo, cualquier afiliado puede presentarse a las primarias sin necesidad de ningún tipo de aval. Esto –y hay que tenerlo muy claro- supone un ejercicio de normalidad democrática y no es un proceso para dirimir conflictos entre distintas facciones o candidatos. Y –además-estos procesos de primarias se realizan siempre en cualquier tipo de elecciones, sean estas locales, autonómicas o nacionales. UPyD es el único partido político en el que se confía en el mecanismo de primarias –siempre- para elegir candidatos, como un ejercicio de transparencia y participación democrática, y no como un mecanismo excepcional.
Este es el camino. Difícilmente se puede defender la democracia cuando está no existe en el interior del partido que la propugna como sistema de gobierno. Y por eso mismo, me resulta difícil comprender –salvo que haya un interés- a aquellos que intentan mostrar que elegir libremente a un candidato, mediante una votación, es una señal de disensión o discrepancia.
Así pues, bienvenido sea este proceso electoral interno, a pesar de la carga de trabajo que implica para todo el Partido.
Pero una cosa si tenemos que tener meridianamente clara: Este partido nació con la esperanza y con el objetivo de servir a los ciudadanos y tiene que demostrar que es diferente de otros partidos políticos.
¿Cómo?
En este Partido en que militamos tanto personas con experiencia política, como personas sin ella, debemos trabajar por unas primarias limpias -y sobre todo leales– tanto con el Partido, como entre los contendientes -que no dejan de ser compañeros- y con los afiliados. Hemos iniciado un proceso en el que candidatos se deberán dar a conocer, hablar, debatir, trasladar sus ideas a quienes les tienen que elegir… pero siempre desde el respeto, sin incurrir en los “espectáculos” que se dan en otros partidos, porque tenemos la suerte -la inmensa suerte- que los afiliados sean los que elegirán a las personas más idóneas para conseguir los fines de UPyD: hacer una política diferente, y estos tendrán en cuenta las mejores ideas y los mejores candidatos.
Y cuando existen unas y otros, sobran “marrullerías”… y hasta avales.
En definitiva, debemos llevar a cabo un proceso impecablemente limpio y democrático, porque es algo que nos debemos entre todos los afiliados y sin perder el objetivo común que nos une: los ciudadanos de este País.
En definitiva, debemos llevar a cabo un proceso implacablemente limpio y democrático, porque es algo que nos debemos entre todos los afiliados y sin perder el objetivo común que nos une: los ciudadanos de este País. Y para ello podemos -y debemos- trabajar, bien como representantes en las instituciones, o como afiliados, ya que el objetivo -los ciudadanos de España- es algo que trasciende más allá de la responsabilidad que tengamos en esta piragua magenta en la que estamos embarcados.
En definitiva, debemos llevar a cabo un proceso implacablemente limpio y democrático, porque es algo que nos debemos entre todos los afiliados y sin perder el objetivo común que nos une: los ciudadanos de este País. Y para ello podemos -y debemos- trabajar, bien como representantes en las instituciones, o como afiliados, ya que el objetivo -los ciudadanos de España- es algo que trasciende más allá de la responsabilidad que tengamos en esta piragua magenta en la que estamos embarcados.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Mi ponencia en el Teatro Federico García Lorca de Getafe.
Buenas tardes, gracias al Consejo Local de Getafe por darme la oportunidad de dirigirme a vosotros y también, daros las gracias por vuestra presencia en este acto, que no tiene otra finalidad más que la de transmitiros la idea de que es posible otra forma de hacer política y de como Unión, Progreso Y Democracia, quiere llevarla a cabo.
Para seros sincero, estoy un poco cohibido al ver tan nutrida concurrencia, por lo que espero que me perdonéis si cometo algún error en mi exposición, porque tenéis que tener presente, que al igual que el resto de mis compañeros, no soy un político.
Soy solamente un ciudadano que hace política.
Y por lo tanto, al igual que muchos de los que estáis ahí, no estoy acostumbrado a estos eventos.
Pero creo que no solamente me entendéis, sino que me comprendéis, porque lo importante no es únicamente como se transmiten las ideas, sino cual es el contenido de esas ideas.
Somos un Partido joven, y yo mismo a pesar de mi carencia de pelo y de mis canas, me siento igual.
Quiero comentar con vosotros lo que creo qué debe hacer UPyD de cara a las próximas elecciones Autonómica y Locales.
Existen una serie de puntos de los que me gustaría hablar aquí y que surgen tanto del manifiesto fundacional, como de los estatutos de UPyD.
Unos puntos que –además- nacen del sentido común y del esfuerzo por dar respuesta a los requerimientos de los ciudadanos y con la ilusión de solucionar sus problemas.
¿Cuáles son?
En primer lugar queremos “salir a la calle”
¿Para qué?
Nada más y nada menos que para hablar con el ciudadano (que es nuestro interlocutor natural) para hacerle partícipe de cuál es nuestro pensamiento, de cuáles son las soluciones que aportamos.
Y en definitiva para contrastarlas con él…
Queremos, en dos palabras -que para algunos están “demodé” pero que para UPyD están vigentes- que exista empatía y proximidad con los ciudadanos.
Sé qué esto es complicado, máxime cuando llevamos seis meses sin salir a la calle, inmersos como hemos estado en múltiples procesos electorales internos (elección de coordinadores, de consejos locales, de portavoces…)
¿Y porque todo esto? Pues por la sencilla razón de que elegimos a todos nuestros cargos ejecutivos a través de elecciones.
¿Existe alguna razón para qué se haga así?
Básicamente, seguir el mandato, que dieron los afiliados en el I Congreso nacional de UPyD…y por profilaxis democrática.
Pero ahora debemos –y queremos- recuperar nuestro pulso natural y volcarnos en quién realmente es nuestro nervio y nuestra realidad; el ciudadano de este país, que por cierto, se llama España, porque al contrario que a otros, nos gusta llamar las cosas por su nombre, sin ambages, ni rodeos.
En segundo lugar debemos dejar de tener en cuenta las encuestas, sean del CIS (lleno últimamente de cadáveres) del País… o de la bruja Lola.
Lo siento por los compañeros (veo a alguno entre los presentes) a los que les encantan los números, pero yo, como he repetido hasta la saciedad, soy de letras (las letras de la hipoteca, las letras del préstamo del coche, los recibos de la luz, del gas, la pensión…)
Y por eso mismo pienso que nuestros resultados electorales solo dependerán de cómo traslademos nuestro mensaje al ciudadano. Nuestros resultados estribarán en la convicción con que le transmitamos a este, que estamos aquí para hacer otra política.
Y no una política cualquiera, sino una política por y para él.
Tercer punto: debemos intentar que los medios de comunicación masiva, se den cuenta de que existimos y que además, estamos en la vida política para quedarnos.
Creo que todos somos conscientes de la existencia de una especie de “pacto de silencio” entorno a UPyD, y que algunos medios de comunicación piensan que este partido es un fenómeno pasajero.
Pero no es así y ese pacto de silencio –insisto- solo puede romperse hablando de tú a tú con los ciudadanos de este País.
Algunos amigos –que pasaban por el parque de El Retiro (en Madrid, durante las elecciones europeas) me han comentado que quedaron gratamente sorprendidos al ver que toda una señora diputada se atreviera a “bajar a la arena”, a debatir con cualquier persona que pasará por el paseo de carruajes y quisiera coger el micrófono para hacerle una pregunta. (Hablo de Rosa Díez, por más señas).
Y esas acciones son las que llegan al cerebro y al corazón de las personas -porque son significativas de la realidad del partido- y no las de aquellos que se esconden –y refugian- en los despachos de organismos oficiales, sin querer dar la cara en un “mano a mano” con el ciudadano, salvo que sea en un recinto repleto de partidarios acérrimos traídos por autocares y con derecho a bocadillo.
Actos cuya única finalidad es la de dar un “baño de multitudes” a sus “lideres”.
Cuarto punto: continuar con las acciones que se han iniciado en la campaña “No nos mires, únete"
Sé que el lema es antiguo, es más… a las personas que ya somos talluditos… hasta nos suena de otros tiempos…
¿Pero por qué pienso eso?
Básicamente, porque este lema aún está plenamente vigente y porque permite que el ciudadano pueda “ponernos cara” pueda hablar –esta vez sin tener que pedir el micrófono- con nosotros… de “tú a tú” y para que sea consciente de que no somos diputados, ni tan siquiera políticos profesionales.
Ni aún concejales.
Solo somos simples ciudadanos, como ella o como él, en definitiva, como nuestro interlocutor.
Somos únicamente personas que se han cansado de “arreglar el País” hablando con sus amigos y sentados cómodamente frente a un café.
Somos ciudadanos que hemos decidido trabajar en política, poniendo por delante nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestros conocimientos y nuestras ilusiones, para intentar solucionar los problemas comunes de todos nosotros, independientemente de la Comunidad Autónoma en la que vivamos.
Y esto sin “pasteleos de votos”, ni pactos que si bien pueden ser legales, van en contra del espíritu de lo que los ciudadanos han votado en las urnas.
Porque desgraciadamente, ya se sabe que lo legal no tiene porque ser lo justo.
Y a veces es más importante lo justo… que lo legal.
Por eso, uno de los aspectos que propugna cambiar UPyD es la actual ley electoral que permite que algunos partidos (nacionalistas fundamentalmente) con los mínimos votos, dicten la política nacional gracias a esta ley que valora de distinta manera los votos de los ciudadanos de un mismo País, como si en algunas Comunidades Autónomas, fuésemos ciudadanos de segunda.
Una ley por la cual hemos pasado de ser una democracia, a una minocracia.
En UPyD no tenemos otro objetivo más que los ciudadanos -todos los ciudadanos- tanto los que crean en lo que UPyD defiende, como los que no, para que todos tengan la posibilidad de que alguien, finalmente, les escuche, les atienda, y sobre todo, les entienda.
Y por eso, por mantener este contacto es necesario continuar con ella, dar la posibilidad de que nos conozcan.
Entramos en el quinto punto: ser aún más conscientes de cuál es la preocupación de UPyD: España y los españoles.
Y no entrar en los “juegos sucios” que se utilizan, a falta de otros argumentos.
UPyD y quienes militamos en ella, pretendemos solucionar los problemas de este País y estamos aquí para ofrecer eso, y no para entrar en sesudos y estériles debates entre contendientes políticos que tienen un verbo tan fácil… como vacio.
Y para conseguir todo eso que defendemos y que es nuestra esencia, es necesario, ante todo, que exista “juego limpio interno” un juego nítido y claro, entre aquellos que militamos en este partido.
Así se entiende que para UPyD sea fundamental la existencia de elecciones primarias… que permiten que los afiliados puedan depositar su confianza en aquellas personas que piensan que son las mejores para que les representen.
Unas primarias (recogidas estatuariamente) que dan esa posibilidad, puesto que cualquier afiliado sin necesidad de avales, firmas, apoyos de “familias”, ni ningún otro requisito más que su voluntad, puede postularse para que el resto de sus compañeros le vote… o no.
Y ¿qué mayor ejemplo de democracia interna, es aquella que da la potestad a los afiliados de un partido político para que elijan mediante votación secreta a quienes consideran que les tienen que representar en su propio partido…?
Y seguramente, porque las primarias en UPyD son la norma, que no la excepción, esas primarias no se recogerán en la prensa.
Porque lo que para Unión Progreso y Democracia es lo habitual, para los medios no es noticia.
Pero esa democracia interna, es la base de la que defendemos para este País.
Sexto punto: no entrar en ese “juego” de alcaldes, alcaldables y concejales -o concejalables- que ven UPyD únicamente como un “paraguas” bajo el que presentarse.
UPyD es un proyecto que nace y se desarrolla por y para los ciudadanos y en el que no tienen cabida los arribistas o paracaidistas… que pululan por doquier.
Oiga… y que más de uno se ha presentado ante este partido, henchido de “votos suyos".
¿Los llevaran en el bolsillo?
También me gustaría añadir un pequeño apunte dirigido a aquellos que dicen -mejor dicho, recitan como un mantra- que UPyD no tiene “programa”.
Es una pura falacia y basta con entrar en la página web de UPyD para darse cuenta de que sí existe un programa y que este es -además- un proyecto político serio, sólido y coherente.
Pero aunque así fuera, aunque no existiera…
¿Cuál es el problema?
Si en UPyD se hubiera confeccionado el programa desde la mesa de un despacho seguro que en ese famoso “progamaquesegúnalgunosnotieneupyd” estaría ya publicado en todos los medios de comunicación afines.
Y sé que algunos partidos políticos piensan: ¿qué más da lo que se diga en el programa, si luego no se va a cumplir? y siguiendo esa tónica en nuestro programa tendría cabida hasta la idea más peregrina.
Pero en este partido, solo se recogen aquellas propuestas que realmente sirven al ciudadano y que –además- se vayan a cumplir.
Pese a quién pese. En este Partido no se hace propaganda electoral. En este partido se hace publicidad electoral, que es distinto.
La diferencia (que es importante) estriba en que un folleto publicitario es un contrato y por lo tanto obliga contractualmente a cumplir lo que en él aparece, mientras que lo recogido en un folleto político es propaganda electoral, esto es, según la ley de la publicidad no obliga a ser cumplido.
UPyD no solamente tiene un programa, si no que es un programa vivo, que cambia constantemente porque recoge las necesidades reales de los ciudadanos y de sus afiliados, que tienen sus problemas y sus expectativas.
Y si existe alguna duda a ese respecto -de que se defiende lo que propone el ciudadano- en la página web del partido pueden verse las preguntas que rosa diez ha planteado en el congreso de los diputados, algunas de las cuales nacen de cuestiones que han bosquejado simples ciudadanos a través de la web, y que no por eso dejan de ser importantes.
Nosotros no decimos, como lo hizo el señor Zapatero en su día, que no se está legitimado para preguntar, por tener un solo escaño en el congreso, como le espetó a Rosa Diez en el debate del estado de la Nación.
Para este Partido cualquier cuestión lógica y coherente, que le muestre cual es la preocupación de los ciudadanos, es importante.
Insisto en que simplemente hay que leer las preguntas que se han presentado en aquellos lugares en los que tenemos la representación necesaria como para poder formularlas, independientemente de los problemas que representa el tener una representación tan exigua, para darse cuenta de cómo tratamos de plantearlas, cuando podemos.
En definitiva:
Si queremos que nuestros problemas estén recogidos, y que nuestra voz –como ciudadanos- se escuche, tendremos que ser juiciosos para elegir correctamente en quien vamos a depositar nuestra confianza cuando nos encontremos frente a las urnas.
Y entonces, en ese momento, tendremos que reflexionar que es lo que se nos ha prometido en un programa electoral, que –ínsito- debería ser un contrato, y que es lo que se ha cumplido cuando, utilizando nuestros votos, han gobernado, o que tipo de hipotecas, sean políticas o económicas han contraído.
No sé si estará bien que yo lo diga.
(Probablemente no) pero hoy por hoy, este partido sin hipotecas de ningún tipo, es el único que representa un soplo de aire fresco en un recinto repleto de aire viciado, y en el que como sigamos así… hasta los leones van a salir corriendo, y este partido se llama Unión Progreso y Democracia.
En nuestra… en vuestra mano, se encuentra la posibilidad de permitir que otro jugador haga frente a los grandes partidos para defender los legítimos intereses de todos.
Y para terminar (algo que me imagino que me agradeceréis) me gustaría hablar de lo que se denomina como voto útil, que no es más que un intento de atraer el voto de votantes que no son sus electores tradicionales, explotando el miedo a que “gane el otro”
Un voto, que finalmente solo consigue favorecer un falso bipartidismo.
Por eso ¡¡que no nos cuenten “historias” sobre votos útiles!!
Porque la realidad –y a la vista está- es que los votos útiles, al final se convierten en “votos a los inútiles”.
Y para responder a la pregunta que formulaba al principio de mi intervención: ¿Qué debe hacer UPyD frente a sus próximas citas electorales? Programa y programa, hablar y escuchar al ciudadano y sobre todo… trabajar, trabajar y trabajar.
Gracias…
Para seros sincero, estoy un poco cohibido al ver tan nutrida concurrencia, por lo que espero que me perdonéis si cometo algún error en mi exposición, porque tenéis que tener presente, que al igual que el resto de mis compañeros, no soy un político.
Soy solamente un ciudadano que hace política.
Y por lo tanto, al igual que muchos de los que estáis ahí, no estoy acostumbrado a estos eventos.
Pero creo que no solamente me entendéis, sino que me comprendéis, porque lo importante no es únicamente como se transmiten las ideas, sino cual es el contenido de esas ideas.
Somos un Partido joven, y yo mismo a pesar de mi carencia de pelo y de mis canas, me siento igual.
Quiero comentar con vosotros lo que creo qué debe hacer UPyD de cara a las próximas elecciones Autonómica y Locales.
Existen una serie de puntos de los que me gustaría hablar aquí y que surgen tanto del manifiesto fundacional, como de los estatutos de UPyD.
Unos puntos que –además- nacen del sentido común y del esfuerzo por dar respuesta a los requerimientos de los ciudadanos y con la ilusión de solucionar sus problemas.
¿Cuáles son?
En primer lugar queremos “salir a la calle”
¿Para qué?
Nada más y nada menos que para hablar con el ciudadano (que es nuestro interlocutor natural) para hacerle partícipe de cuál es nuestro pensamiento, de cuáles son las soluciones que aportamos.
Y en definitiva para contrastarlas con él…
Queremos, en dos palabras -que para algunos están “demodé” pero que para UPyD están vigentes- que exista empatía y proximidad con los ciudadanos.
Sé qué esto es complicado, máxime cuando llevamos seis meses sin salir a la calle, inmersos como hemos estado en múltiples procesos electorales internos (elección de coordinadores, de consejos locales, de portavoces…)
¿Y porque todo esto? Pues por la sencilla razón de que elegimos a todos nuestros cargos ejecutivos a través de elecciones.
¿Existe alguna razón para qué se haga así?
Básicamente, seguir el mandato, que dieron los afiliados en el I Congreso nacional de UPyD…y por profilaxis democrática.
Pero ahora debemos –y queremos- recuperar nuestro pulso natural y volcarnos en quién realmente es nuestro nervio y nuestra realidad; el ciudadano de este país, que por cierto, se llama España, porque al contrario que a otros, nos gusta llamar las cosas por su nombre, sin ambages, ni rodeos.
En segundo lugar debemos dejar de tener en cuenta las encuestas, sean del CIS (lleno últimamente de cadáveres) del País… o de la bruja Lola.
Lo siento por los compañeros (veo a alguno entre los presentes) a los que les encantan los números, pero yo, como he repetido hasta la saciedad, soy de letras (las letras de la hipoteca, las letras del préstamo del coche, los recibos de la luz, del gas, la pensión…)
Y por eso mismo pienso que nuestros resultados electorales solo dependerán de cómo traslademos nuestro mensaje al ciudadano. Nuestros resultados estribarán en la convicción con que le transmitamos a este, que estamos aquí para hacer otra política.
Y no una política cualquiera, sino una política por y para él.
Tercer punto: debemos intentar que los medios de comunicación masiva, se den cuenta de que existimos y que además, estamos en la vida política para quedarnos.
Creo que todos somos conscientes de la existencia de una especie de “pacto de silencio” entorno a UPyD, y que algunos medios de comunicación piensan que este partido es un fenómeno pasajero.
Pero no es así y ese pacto de silencio –insisto- solo puede romperse hablando de tú a tú con los ciudadanos de este País.
Algunos amigos –que pasaban por el parque de El Retiro (en Madrid, durante las elecciones europeas) me han comentado que quedaron gratamente sorprendidos al ver que toda una señora diputada se atreviera a “bajar a la arena”, a debatir con cualquier persona que pasará por el paseo de carruajes y quisiera coger el micrófono para hacerle una pregunta. (Hablo de Rosa Díez, por más señas).
Y esas acciones son las que llegan al cerebro y al corazón de las personas -porque son significativas de la realidad del partido- y no las de aquellos que se esconden –y refugian- en los despachos de organismos oficiales, sin querer dar la cara en un “mano a mano” con el ciudadano, salvo que sea en un recinto repleto de partidarios acérrimos traídos por autocares y con derecho a bocadillo.
Actos cuya única finalidad es la de dar un “baño de multitudes” a sus “lideres”.
Cuarto punto: continuar con las acciones que se han iniciado en la campaña “No nos mires, únete"
Sé que el lema es antiguo, es más… a las personas que ya somos talluditos… hasta nos suena de otros tiempos…
¿Pero por qué pienso eso?
Básicamente, porque este lema aún está plenamente vigente y porque permite que el ciudadano pueda “ponernos cara” pueda hablar –esta vez sin tener que pedir el micrófono- con nosotros… de “tú a tú” y para que sea consciente de que no somos diputados, ni tan siquiera políticos profesionales.
Ni aún concejales.
Solo somos simples ciudadanos, como ella o como él, en definitiva, como nuestro interlocutor.
Somos únicamente personas que se han cansado de “arreglar el País” hablando con sus amigos y sentados cómodamente frente a un café.
Somos ciudadanos que hemos decidido trabajar en política, poniendo por delante nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestros conocimientos y nuestras ilusiones, para intentar solucionar los problemas comunes de todos nosotros, independientemente de la Comunidad Autónoma en la que vivamos.
Y esto sin “pasteleos de votos”, ni pactos que si bien pueden ser legales, van en contra del espíritu de lo que los ciudadanos han votado en las urnas.
Porque desgraciadamente, ya se sabe que lo legal no tiene porque ser lo justo.
Y a veces es más importante lo justo… que lo legal.
Por eso, uno de los aspectos que propugna cambiar UPyD es la actual ley electoral que permite que algunos partidos (nacionalistas fundamentalmente) con los mínimos votos, dicten la política nacional gracias a esta ley que valora de distinta manera los votos de los ciudadanos de un mismo País, como si en algunas Comunidades Autónomas, fuésemos ciudadanos de segunda.
Una ley por la cual hemos pasado de ser una democracia, a una minocracia.
En UPyD no tenemos otro objetivo más que los ciudadanos -todos los ciudadanos- tanto los que crean en lo que UPyD defiende, como los que no, para que todos tengan la posibilidad de que alguien, finalmente, les escuche, les atienda, y sobre todo, les entienda.
Y por eso, por mantener este contacto es necesario continuar con ella, dar la posibilidad de que nos conozcan.
Entramos en el quinto punto: ser aún más conscientes de cuál es la preocupación de UPyD: España y los españoles.
Y no entrar en los “juegos sucios” que se utilizan, a falta de otros argumentos.
UPyD y quienes militamos en ella, pretendemos solucionar los problemas de este País y estamos aquí para ofrecer eso, y no para entrar en sesudos y estériles debates entre contendientes políticos que tienen un verbo tan fácil… como vacio.
Y para conseguir todo eso que defendemos y que es nuestra esencia, es necesario, ante todo, que exista “juego limpio interno” un juego nítido y claro, entre aquellos que militamos en este partido.
Así se entiende que para UPyD sea fundamental la existencia de elecciones primarias… que permiten que los afiliados puedan depositar su confianza en aquellas personas que piensan que son las mejores para que les representen.
Unas primarias (recogidas estatuariamente) que dan esa posibilidad, puesto que cualquier afiliado sin necesidad de avales, firmas, apoyos de “familias”, ni ningún otro requisito más que su voluntad, puede postularse para que el resto de sus compañeros le vote… o no.
Y ¿qué mayor ejemplo de democracia interna, es aquella que da la potestad a los afiliados de un partido político para que elijan mediante votación secreta a quienes consideran que les tienen que representar en su propio partido…?
Y seguramente, porque las primarias en UPyD son la norma, que no la excepción, esas primarias no se recogerán en la prensa.
Porque lo que para Unión Progreso y Democracia es lo habitual, para los medios no es noticia.
Pero esa democracia interna, es la base de la que defendemos para este País.
Sexto punto: no entrar en ese “juego” de alcaldes, alcaldables y concejales -o concejalables- que ven UPyD únicamente como un “paraguas” bajo el que presentarse.
UPyD es un proyecto que nace y se desarrolla por y para los ciudadanos y en el que no tienen cabida los arribistas o paracaidistas… que pululan por doquier.
Oiga… y que más de uno se ha presentado ante este partido, henchido de “votos suyos".
¿Los llevaran en el bolsillo?
También me gustaría añadir un pequeño apunte dirigido a aquellos que dicen -mejor dicho, recitan como un mantra- que UPyD no tiene “programa”.
Es una pura falacia y basta con entrar en la página web de UPyD para darse cuenta de que sí existe un programa y que este es -además- un proyecto político serio, sólido y coherente.
Pero aunque así fuera, aunque no existiera…
¿Cuál es el problema?
Si en UPyD se hubiera confeccionado el programa desde la mesa de un despacho seguro que en ese famoso “progamaquesegúnalgunosnotieneupyd” estaría ya publicado en todos los medios de comunicación afines.
Y sé que algunos partidos políticos piensan: ¿qué más da lo que se diga en el programa, si luego no se va a cumplir? y siguiendo esa tónica en nuestro programa tendría cabida hasta la idea más peregrina.
Pero en este partido, solo se recogen aquellas propuestas que realmente sirven al ciudadano y que –además- se vayan a cumplir.
Pese a quién pese. En este Partido no se hace propaganda electoral. En este partido se hace publicidad electoral, que es distinto.
La diferencia (que es importante) estriba en que un folleto publicitario es un contrato y por lo tanto obliga contractualmente a cumplir lo que en él aparece, mientras que lo recogido en un folleto político es propaganda electoral, esto es, según la ley de la publicidad no obliga a ser cumplido.
UPyD no solamente tiene un programa, si no que es un programa vivo, que cambia constantemente porque recoge las necesidades reales de los ciudadanos y de sus afiliados, que tienen sus problemas y sus expectativas.
Y si existe alguna duda a ese respecto -de que se defiende lo que propone el ciudadano- en la página web del partido pueden verse las preguntas que rosa diez ha planteado en el congreso de los diputados, algunas de las cuales nacen de cuestiones que han bosquejado simples ciudadanos a través de la web, y que no por eso dejan de ser importantes.
Nosotros no decimos, como lo hizo el señor Zapatero en su día, que no se está legitimado para preguntar, por tener un solo escaño en el congreso, como le espetó a Rosa Diez en el debate del estado de la Nación.
Para este Partido cualquier cuestión lógica y coherente, que le muestre cual es la preocupación de los ciudadanos, es importante.
Insisto en que simplemente hay que leer las preguntas que se han presentado en aquellos lugares en los que tenemos la representación necesaria como para poder formularlas, independientemente de los problemas que representa el tener una representación tan exigua, para darse cuenta de cómo tratamos de plantearlas, cuando podemos.
En definitiva:
Si queremos que nuestros problemas estén recogidos, y que nuestra voz –como ciudadanos- se escuche, tendremos que ser juiciosos para elegir correctamente en quien vamos a depositar nuestra confianza cuando nos encontremos frente a las urnas.
Y entonces, en ese momento, tendremos que reflexionar que es lo que se nos ha prometido en un programa electoral, que –ínsito- debería ser un contrato, y que es lo que se ha cumplido cuando, utilizando nuestros votos, han gobernado, o que tipo de hipotecas, sean políticas o económicas han contraído.
No sé si estará bien que yo lo diga.
(Probablemente no) pero hoy por hoy, este partido sin hipotecas de ningún tipo, es el único que representa un soplo de aire fresco en un recinto repleto de aire viciado, y en el que como sigamos así… hasta los leones van a salir corriendo, y este partido se llama Unión Progreso y Democracia.
En nuestra… en vuestra mano, se encuentra la posibilidad de permitir que otro jugador haga frente a los grandes partidos para defender los legítimos intereses de todos.
Y para terminar (algo que me imagino que me agradeceréis) me gustaría hablar de lo que se denomina como voto útil, que no es más que un intento de atraer el voto de votantes que no son sus electores tradicionales, explotando el miedo a que “gane el otro”
Un voto, que finalmente solo consigue favorecer un falso bipartidismo.
Por eso ¡¡que no nos cuenten “historias” sobre votos útiles!!
Porque la realidad –y a la vista está- es que los votos útiles, al final se convierten en “votos a los inútiles”.
Y para responder a la pregunta que formulaba al principio de mi intervención: ¿Qué debe hacer UPyD frente a sus próximas citas electorales? Programa y programa, hablar y escuchar al ciudadano y sobre todo… trabajar, trabajar y trabajar.
Gracias…
sábado, 18 de septiembre de 2010
Invitación a acto político en Getafe
martes, 31 de agosto de 2010
¿La solución del Sr. Zapatero a la crisis económica? Que la paguen los de siempre.
Ojeando la prensa he leído un artículo de Javier González Navarro publicado por el diario ABC en el que –básicamente- se desgrana una de las medidas que el Gobierno quiere poner en práctica para luchar contra la crisis económica.
Confieso que he comenzado a leerlo con fruición, esperando –finalmente- ver una medida económica lógica. Vana pretensión: continúo leyendo y me encuentro con qué: “…una de las medidas más importantes que baraja el Gobierno es rebajar la cuantía de los subsidios por desempleo que cobran los parados…”
El articulo continua desgranando en qué piensan en el Ministerio de trabajo:
“...Actualmente, un trabajador que se ha quedado en el paro percibe el 70% de su base reguladora durante los primeros 180 días (seis meses). A partir del día 181 y hasta el final de la prestación cobra el 60% de la citada base reguladora. Pues bien, responsables de los ministerios de Economía y de Trabajo, así como de la Oficina Económica de La Moncloa, han propuesto rebajar esos porcentajes hasta el 60% en los primeros 180 días y al 50% para el resto del periodo…” junto a medidas “como recortar también los días que se tienen derecho a la prestación por desempleo”
Ya en una entrevista con ABC el pasado mes de junio el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho demostró una ejemplar sensibilidad social al decir que “los cambios se producirían «cuando haya pasado la crisis», ya que el sistema de protección «está evitando que el paro provoque una explosión en la calle”.
Pues mire Sr. Corbacho. A mi me preocupa el paro, la gestión que se hace de la crisis económica, las medidas que se toman para atajarla. Me preocupa la angustia de aquellos que no pueden pagar las letras de la hipoteca, la de quienes se encuentran con que la “vuelta al cole” es un 6% más cara este septiembre, que el septiembre del año pasado, de aquellos que ven como cada día cuesta más dinero “llenar” menos el carro del supermercado en la compra semanal. Me preocupan, tanto o más las “explosiones” en el interior de esos más de 1.300.000 hogares en los que a finales de junio, todos sus miembros estaban en paro.
Pero lo que realmente me “pasma” es que todas estas medidas, que afectan básicamente al trabajador –bien este trabajando o en el paro- no son propugnadas por lo tradicionalmente se ha considerado un partido de “derechas” sino por un partido “de izquierdas”
Esto confirma algo que UPyD lleva defendiendo desde su fundación: que no existen ni las derechas, ni las izquierdas y que esto es tan evidente, que resulta insultante. UPyD en su Manifiesto Fundacional, en el primer punto “Por qué un nuevo partido” dice –entre otras cosas- “nosotros preferimos hablar de progresismo en vez de izquierda o derecha. Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, así como contra la miseria y la ignorancia que imposibilitan la democracia material.”
Cuando un organismo como FMI (representante del capitalismo más feroz) apoya las medidas económicas de un gobierno socialista, que nace de un partido político que primigeniamente surgió para defender a los obreros y sus intereses… pues que quiere que diga: como ciudadano y como trabajador… me preocupa.
Visto lo visto ¿cómo calcula el Gobierno “capear” –porque solucionar es más difícil- el actual temporal económico?
Hay una frase de la inefable Ministra de Cultura, -Sr, Carmen Calvo Poyato- a la que el subconsciente –no dudo- jugó una mala pasada en una entrevista en el diario ABC, y que resume que es que piensa este gobierno: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie." Y de este pensamiento tan profundo, surgen muchos de los problemas que vivimos actualmente: “…como el dinero publico, no es de nadie…ergo… podemos dilapidarlo…”
¿Cómo? Pues en forma de ayudas a sindicatos, los de fuera por aquello de la alianza de las civilizaciones, queda bonito, y sobre todo, “muy moderno”. A los de aquí para que continúen “con lo suyo”…y luego se extrañan de la hemorragia de afiliados que tienen… pero vamos, que eso, con la próxima huelga general….
Creando planes E… B... que no dejan de ser “pan para hoy y hambre para mañana” en los que curiosamente en muchos casos, se gasta más dinero –publico- en el cartel informativo, que en la propia obra en sí.
Subiendo los impuestos… ya se ha incrementado el IVA, y ahora de nuevo se escuchan rumores acerca de nuevas subidas, lo cual nunca se sabe si se corresponde con el viejo truco del “globo sonda” o con la realidad de la subida. Y siempre queda el tema tan socorrido de los impuestos indirectos: carburantes, etc.
Curiosamente el “compañero de conjunción estelar” de ZP –gracias Leire- el presidente Obama baja los impuestos para incrementar el consumo.
No dudo, que si se tomaran medidas coherentes, España saldría mucho antes de esta crisis, y tampoco dudo que en los organismos competentes existan las personas idóneas para plantearlas. El problema radica en que actualmente, las “decisiones económicas” las toma el Presidente del Gobierno, que entiende mucho de estas cosas, eso sí, convenientemente asesorado… por quien ¿por sus ministros? ¿Por el Sr. Moratinos, por la insigne “miembra” Bibiana Aido, por la citada Ministra de cultura, por el Sr. Blanco…? Si se piensa en estos nombres hay un denominador común que les une y que no es otro que un extenso conocimiento de la “realidad”, que nace de su dilatada experiencia laboral –fuera de la política- y de su preclara y aguda “inteligencia”.
Y aún quedan los presupuestos generales del estado, que para que salgan adelante, nos costaran a los ciudadanos más dinero y más transferencias –a los de siempre- para intentar agotar, y nunca mejor dicho, la legislatura.
Gran Bretaña, durante la II Guerra Mundial, tuvo un líder, Sir Winston Churchill que logró dar confianza a un país que afrontaba una de sus etapas históricas más oscuras. En España, para hacer frente a esta época sombría que nos ha tocado vivir, tenemos… al Sr. Zapatero.
Confieso que he comenzado a leerlo con fruición, esperando –finalmente- ver una medida económica lógica. Vana pretensión: continúo leyendo y me encuentro con qué: “…una de las medidas más importantes que baraja el Gobierno es rebajar la cuantía de los subsidios por desempleo que cobran los parados…”
El articulo continua desgranando en qué piensan en el Ministerio de trabajo:
“...Actualmente, un trabajador que se ha quedado en el paro percibe el 70% de su base reguladora durante los primeros 180 días (seis meses). A partir del día 181 y hasta el final de la prestación cobra el 60% de la citada base reguladora. Pues bien, responsables de los ministerios de Economía y de Trabajo, así como de la Oficina Económica de La Moncloa, han propuesto rebajar esos porcentajes hasta el 60% en los primeros 180 días y al 50% para el resto del periodo…” junto a medidas “como recortar también los días que se tienen derecho a la prestación por desempleo”
Ya en una entrevista con ABC el pasado mes de junio el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho demostró una ejemplar sensibilidad social al decir que “los cambios se producirían «cuando haya pasado la crisis», ya que el sistema de protección «está evitando que el paro provoque una explosión en la calle”.
Pues mire Sr. Corbacho. A mi me preocupa el paro, la gestión que se hace de la crisis económica, las medidas que se toman para atajarla. Me preocupa la angustia de aquellos que no pueden pagar las letras de la hipoteca, la de quienes se encuentran con que la “vuelta al cole” es un 6% más cara este septiembre, que el septiembre del año pasado, de aquellos que ven como cada día cuesta más dinero “llenar” menos el carro del supermercado en la compra semanal. Me preocupan, tanto o más las “explosiones” en el interior de esos más de 1.300.000 hogares en los que a finales de junio, todos sus miembros estaban en paro.
Pero lo que realmente me “pasma” es que todas estas medidas, que afectan básicamente al trabajador –bien este trabajando o en el paro- no son propugnadas por lo tradicionalmente se ha considerado un partido de “derechas” sino por un partido “de izquierdas”
Esto confirma algo que UPyD lleva defendiendo desde su fundación: que no existen ni las derechas, ni las izquierdas y que esto es tan evidente, que resulta insultante. UPyD en su Manifiesto Fundacional, en el primer punto “Por qué un nuevo partido” dice –entre otras cosas- “nosotros preferimos hablar de progresismo en vez de izquierda o derecha. Ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, así como contra la miseria y la ignorancia que imposibilitan la democracia material.”
Cuando un organismo como FMI (representante del capitalismo más feroz) apoya las medidas económicas de un gobierno socialista, que nace de un partido político que primigeniamente surgió para defender a los obreros y sus intereses… pues que quiere que diga: como ciudadano y como trabajador… me preocupa.
Visto lo visto ¿cómo calcula el Gobierno “capear” –porque solucionar es más difícil- el actual temporal económico?
Hay una frase de la inefable Ministra de Cultura, -Sr, Carmen Calvo Poyato- a la que el subconsciente –no dudo- jugó una mala pasada en una entrevista en el diario ABC, y que resume que es que piensa este gobierno: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie." Y de este pensamiento tan profundo, surgen muchos de los problemas que vivimos actualmente: “…como el dinero publico, no es de nadie…ergo… podemos dilapidarlo…”
¿Cómo? Pues en forma de ayudas a sindicatos, los de fuera por aquello de la alianza de las civilizaciones, queda bonito, y sobre todo, “muy moderno”. A los de aquí para que continúen “con lo suyo”…y luego se extrañan de la hemorragia de afiliados que tienen… pero vamos, que eso, con la próxima huelga general….
Creando planes E… B... que no dejan de ser “pan para hoy y hambre para mañana” en los que curiosamente en muchos casos, se gasta más dinero –publico- en el cartel informativo, que en la propia obra en sí.
Subiendo los impuestos… ya se ha incrementado el IVA, y ahora de nuevo se escuchan rumores acerca de nuevas subidas, lo cual nunca se sabe si se corresponde con el viejo truco del “globo sonda” o con la realidad de la subida. Y siempre queda el tema tan socorrido de los impuestos indirectos: carburantes, etc.
Curiosamente el “compañero de conjunción estelar” de ZP –gracias Leire- el presidente Obama baja los impuestos para incrementar el consumo.
No dudo, que si se tomaran medidas coherentes, España saldría mucho antes de esta crisis, y tampoco dudo que en los organismos competentes existan las personas idóneas para plantearlas. El problema radica en que actualmente, las “decisiones económicas” las toma el Presidente del Gobierno, que entiende mucho de estas cosas, eso sí, convenientemente asesorado… por quien ¿por sus ministros? ¿Por el Sr. Moratinos, por la insigne “miembra” Bibiana Aido, por la citada Ministra de cultura, por el Sr. Blanco…? Si se piensa en estos nombres hay un denominador común que les une y que no es otro que un extenso conocimiento de la “realidad”, que nace de su dilatada experiencia laboral –fuera de la política- y de su preclara y aguda “inteligencia”.
Y aún quedan los presupuestos generales del estado, que para que salgan adelante, nos costaran a los ciudadanos más dinero y más transferencias –a los de siempre- para intentar agotar, y nunca mejor dicho, la legislatura.
Gran Bretaña, durante la II Guerra Mundial, tuvo un líder, Sir Winston Churchill que logró dar confianza a un país que afrontaba una de sus etapas históricas más oscuras. En España, para hacer frente a esta época sombría que nos ha tocado vivir, tenemos… al Sr. Zapatero.
domingo, 8 de agosto de 2010
¿Qué debe hacer UPyD de cara a las próximas elecciones Autonómica y Locales?
Si queremos que UPyD ocupe el lugar que le corresponde… creo –y siempre desde la perspectiva de un afiliado de “a pie” y desde mi punto de vista- que hay una serie de cosas, que se deberían tener en cuenta:
1ª.- “Salir a la calle”: ¿Para qué? Simplemente –nada más y nada menos- que para hablar con el ciudadano, para hacerle participe de qué es lo que pensamos, de cuales son las soluciones que tenemos, de contrastarlas con él… en definitiva y en dos palabras -que para algunos están “demodé” pero que para UPyD están vigentes- para que exista empatía, cercanía y proximidad.
Se qué esto es complicado, máxime cuando llevamos seis meses sin salir a la calle, inmersos como hemos estado en múltiples procesos electorales internos, que seguro que si fuésemos como otros partidos –véase PSOE y PP- no hubiésemos “perdido el tiempo” en tales menesteres. Pero como no somos ni uno ni otro y elegimos a nuestros coordinadores y candidatos a través de elecciones, hemos estado sumidos en esos procesos internos según el mandato que se dio en su día en el I Congreso. Debemos volcarnos en quién realmente es nuestro nervio y nuestra realidad; el ciudadano de este País, que por cierto… se llama España.
2º.- Dejar de tener en cuenta encuestas –sean del CIS o de la bruja Lola- lo siento compañeros a los que les encantan los números, yo soy de letras como he repetido hasta la saciedad (letras de la hipoteca, del coche, de pensiones, etc.). Nuestros resultados dependerán de cómo traslademos nuestro mensaje al ciudadano. Los resultados estribarán en la convicción con que le transmitamos a este, que estamos aquí para hacer otra política... no una política cualquiera, sino una política por y para él.
3º.- Intentar que los medios de comunicación masiva, se den cuenta de que existimos y además, estamos en la vida política para quedarnos. De todos es conocido que hay una especie de “pacto de silencio” entorno a UPyD. Y ese pacto de silencio –insisto- solo puede romperse hablando de “tú a tú” con los ciudadanos de este País. Algunos amigos –que pasaban por el parque de El Retiro (en Madrid) durante las europeas- me han comentado que quedaron gratamente sorprendidos al ver que toda una señora diputada se atreviera a “bajar a la arena” a debatir con cualquier persona que pasará por el Paseo de Carruajes, y quisiera coger el micrófono para hacerle una pregunta (Rosa Díez, por más señas). Esas acciones son las que llegan al corazón de las personas -porque son significativas de la realidad del Partido- y no las de aquellos que se esconden –y refugian- en el Congreso de los Diputados.
4º.- Continuar con las acciones que se han iniciado en la campaña “No nos mires, únete"¿Por qué pienso eso? Porque nos permite que el ciudadano pueda “ponernos cara”, pueda hablar –esta vez sin tener que pedir el micrófono- con nosotros, para que sea consciente de que no somos diputados, ni concejales. Somos únicamente personas que se han cansado de “arreglar el País” sentados cómodamente frente a un café y hemos decidido trabajar, poniendo por delante nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestros conocimientos, para intentar solucionar los problemas comunes de todos, independientemente de la Comunidad Autónoma en la que se viva, sin “pasteleos de votos” y sin otro objetivo que los ciudadanos -todos los ciudadanos- tanto los que crean en lo que UPyD defiende, como en los que no.
5º.- Ser aún más conscientes de cual es la preocupación de UPyD: España y los españoles y no entrar en el “juego sucio” que a partir de septiembre algunos partidos –con mucha experiencia en estas lides- utilizarán, a falta de otros argumentos. Vamos a ver: que me parece muy bien que al candidato del PSOE para la Comunidad de Madrid… ¿Quién será? Zapatero… Trinidad Jiménez… Tomas Gómez… o Michele Obama (por qué será que me acuerdo de Berlanga y aquella cancioncilla de “Bienvenido Mr. Marshall“ que en una de sus estrofas decía:
“…Americanos,
vienen a España
gordos y sanos,
viva el tronío
de ese gran pueblo
con poderío…”)
Me da igual: En UPyD habrá primarias y eso es “juego limpio”. ¿Por qué las habrá?. La respuesta es fácil: ¿Qué mayor democracia interna, externa o incluso digna de una “conjunción estelar” –como dijo una tal Leire Pajín- es aquella que da la potestad a los afiliados de un partido político para que elijan mediante votación a quienes les tienen que representar EN SU PROPIO PARTIDO…? En UPyD no existen “avales” firmas, o no se qué... Únicamente existe la voluntad de los afiliados.
6º.- No entrar en ese “juego” de alcaldes, alcaldables y concelajes -o concejalables- que ven UPyD como un “paraguas” bajo el que presentarse, para continuar en sus poltronas. No. UPyD es un proyecto por y para los ciudadanos, no para los arribistas que pululan por doquier. Oiga… y que más de uno –acostumbrado a las practicas de otros partidos- se ha presentado ante este partido, henchido de “votos suyos".
Simplemente –y para terminar- añadir un pequeño apunte dirigido a aquellos que dicen- mejor dicho, recitan como un mantra- que UPyD no tiene “programa”. Desde estas líneas, les llamo MENTIROSOS, basta entrar en UPyD para darse cuenta de la falacia.
Pero aunque así fuera ¿Cuál es el problema? Si en UPyD se hubiera confeccionado el programa como en otros partidos –desde la mesa de un despacho- seguro que en ese famoso “progamaquesegúnalgunosnotieneupyd” estaría ya publicado en todos los medios de comunicación afines –en el caso de UPyD, ninguno- y en el que se encontraría ya solucionado un tema tan “candente” como es el del “el sexo de los ángeles”. Se que algunos partidos políticos piensan: ¿“qué más da lo que se diga en el programa, si luego no se va a cumplir”?. Siguiendo esa tónica se podría recoger hasta la idea más peregrina. Pero en este Partido, solo se recogen aquellas propuestas que realmente sirvan al ciudadano y que –además- se vayan a cumplir, pese a quién pese.
UPyD no solamente tiene un programa, si no que es un programa vivo, que cambia constantemente porque recoge las necesidades reales de los ciudadanos y de sus afiliados, que son –básicamente- ciudadanos y que tienen sus problemas y sus expectativas… Si alguien no me cree simplemente que entre en este apartado de la página web, donde podrá ver las cuestiones que se han presentado en aquellos lugares en los que tenemos representación, independientemente de los problemas que representa el tener una representación tan exigua.
Si quieres que tus problemas estén recogidos… que tu voz –como ciudadano- se escuche… ya presumes quién lo va a hacer, siempre que deposites tu esperanza y tu confianza en un Partido sin hipotecas –ni políticas, ni económicas- un Partido que representa un soplo de aire fresco en un recinto, en el que como sigamos así, hasta los leones van a salir corriendo.
En tu mano se encuentra esa posibilidad… ¡¡Y que no te cuenten “historias” sobre votos útiles!! Porque la realidad –a la vista está- es que los votos útiles, al final se convierten en “votos a los inútiles”.
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domingo, 11 de julio de 2010
Ramón Marcos Allo, la sentencia del TC y el sentido común aplicado a la política.
Ramón Marcos Allo ha publicado una entrada en su blog que me ha sugerido estas líneas, con respecto a un tema que me preocupa y gustaría retomar después de haber leído “que un millón de catalanes” –entraremos en una guerra de cifras- se manifestó ayer en Barcelona, para pedir ¿qué? ¿El incumplimiento de la Ley actualmente vigente?, ¿La revancha por la derrota acaecida durante la Guerra de Secesión?...
Reconozco que he leído esa entrada con sumo interés y concienzudamente porque me interesa la opinión que en la misma se plasma. Ayer, junto con muchos otros compañeros y ciudadanos estuve en esa concentración, convocada por el partido en el que milito, porque entiendo que este Partido es el único que puede no solamente llevar la política a los ciudadanos, sino los ciudadanos a la política.
Tengo que reconocer que quería oír –de primera mano y sin intermediarios- la opinión de UPyD y de su portavoz, Rosa Díez, que para mi representan el sentido común y la realidad de lo que ocurre y transcurre en este País nuestro. ¿Por qué? Porque el mensaje de este partido llega nítido, claro y conciso, en directo, cuando puedes hablar de tú a tú con los protagonistas y no a través de actos orquestados en los que se agitan las banderitas de rigor, después de un suculento bocadillo, o en aquellos que de los que los medios dan –cuando lo hacen- una visión parcial y subjetiva.
Ramón escribe en su blog algo que me sorprende y qué me da que pensar. Al hablar del comunicado de Rosa Díez dice: “…Un manifiesto pedagógico que recordaba que sin el cumplimiento de la Ley democrática y de las sentencias judiciales, tanto de aquellas que nos gustan como de las que no, no hay democracia…” ¿Porqué me sorprende? Porque es tan coherente… que me asombra que algo tan lógico tenga que ser publicado para defenderlo… y porque también está en línea con lo que escribí en mi entrada anterior. Parece que no soy el único que piensa así.
Estoy de acuerdo con el Sr. Marcos me parece –ya no sorprendente, sino increíble- que en pleno Siglo XXI haya que salir a la calle para pedir, para reclamar algo que entiendo que es de cajón: que la LEY –y la pongo con mayúsculas- se cumpla, para que -como expresa Ramón Marcos- “…que se cumplan las reglas mínimas que la hacen posible” Entiendo que se está refiriendo a aquellas normas mínimas que todos nos hemos dado cuando se aprobó –con los votos de todos los ciudadanos de este País- esa Constitución, que si bien necesita algún que otro retoque –vuelvo a insistir en ello- ha demostrado ser un instrumento eficaz para arbitrar la convivencia de todos. Una Constitución que algunos partidos –o lo que es peor, algunos de sus miembros- han “interpretado” a la medida de sus intereses personales, sin tener en cuenta lo que afecta a todos los ciudadanos, y cuando hablo de “todos los ciudadanos” me refiero a aragoneses: catalanes, gallegos, extremeños, araneses, andaluces, vascos, asturianos… en definitiva a todos los españoles, por encima de localismos, autonomismos o regionalismos.
Somos ciudadanos de un País común, por más que algunos, después de tantos años de inmersión “cultural”, o de “legendarias epopeyas” les cueste reconocer -o simplemente- vivir esta realidad.
Hablan con ligereza de que la sentencia del TC representa –obviamente para ellos- un atentado a la “dignidad de Cataluña”… y automáticamente pienso en la dignidad del resto de los ciudadanos españoles.
¿Alguien además de UyD defiende esa dignidad patrimonio de todos y cada uno de nosotros?
Pero lo más sorprendente y preocupante es que una de las personas situadas al frente de esa “multitudinaria” manifestación sea el Presidente de la Generalidad (honorable por más señas) que ocupa ese cargo gracias a las reglas marcadas por esa Constitución que tanto denosta.
Como dice el Sr. Marcos en su blog: “…La democracia con estos hechos está en peligro en España…”
Efectivamente. Parece que no tenemos en cuenta la voluntad popular general –no la voluntad de unos pocos- me refiero a la voluntad de todos. A veces, parece que algunos se olvidan una definición, que -para mi aún está llena de contenido- que se llama “fuerza moral” y que parece que esta demodé. Si, ya sé que hablar de moral y/o ética, en estos tiempos y a algunos miembros de la clase política actual es como hablarles del Mundo de Oz. Pero creo que una de las obligaciones de las instituciones –y de sus miembros- que en definitiva se supone que son el espejo de la sociedad, es la de representar y respetar la Ley y –por lo tanto- las sentencias que de ella emanan.
Por eso no entiendo demasiado la manifestación de ayer, salvo como la expresión del intento de “dictadura iletrada” de una minoría o como un acto de “afirmación nacional” que bien se podría haber desarrollado en el contexto de la Plaza de Oriente en tiempos pretéritos. Una manifestación que más bien parece convocada para defender los intereses de unos pocos frente a los demás, representados por ciudadanos de las más diversas proveniencias: pobres, ricos, extremeños, andaluces o aragoneses… o de cualquier otra parte de la geografía española, que con su trabajo, que con su esfuerzo diario han ayudado y propiciado que una parte de España, sea lo que es hoy en día.
Para mi la grandeza de la democracia está en que todos somos ciudadanos de un País, que podemos elegir a nuestros representantes políticos y que vivimos, trabajamos y nos esforzamos, protegidos bajo el manto de una Ley que emana de los órganos que todos hemos elegido y respetamos… Porque no podemos olvidar que las leyes las redactan aquellos que –encumbrados con nuestros votos- nos representan, tanto en el Congreso, donde las discuten, cambian y sancionan, como en el Senado. Una Ley que nos declara a todos iguales ante ella. Se que en primero de derecho te dicen: “lo legal, no tiene nada que ver con lo justo”.
Nuestra obligación es propiciar que –en la medida de nuestras posibilidades- lo legal sea lo justo y lo justo sea lo legal.
Y si creemos que eso no es así, ya es hora de que lo cambiemos, dejándonos de votos “útiles”, históricos, histriónicos o histéricos. El problema de los nacionalismo es que para justificar su propia existencia cada vez se encierran más en sí mismos, cada vez mienten más acerca de las intenciones que tienen todos aquellos no son “los suyos” y declaran a quién quiere escucharlos –por activa y por pasiva- que la culpa de todas las cuitas de los ciudadanos que administran, no es tanto la propia administración -o sus propios errores- como la culpa de “los otros” que no les respetan.
¿Quiénes son “los otros”? pues aquellos que desde su punto de vista, desde su perspectiva, son diferentes, o que simplemente no gustan de “comulgar con ruedas de molino”.
Un ejemplo: Un amigo vasco me comentaba que no iba a traer el coche a Madrid durante unas vacaciones ya que aún tenia matricula de Bilbao y le habían, jurado -y perjurado- que los coches con matriculas del País Vasco se quemaban en Madrid. Por cierto, el coche estuvo una semana aparcado en una calle madrileña, y aún sigue “disfrutando” –lo entrecomillo por lo antiguo que es el coche- de él. Nadie se lo quemó. Pero si no lo hubiera vivido en primera persona, si no hubiera salido fuera de su Bilbao natal, seguramente sería uno de los que con la plena convicción que da el desconocimiento de la realidad, hubiera confirmado que efectivamente, en Madrid queman los coches vascos por el mero hecho de serlo.
Debemos dejar de esperar que los demás solucionen nuestros problemas, Debemos luchar porque las cosas sean más igualitarias para todos los ciudadanos, independientemente de su cuna o lugar de procedencia. Debemos movilizarnos para que finalmente y a través de las urnas y el cumplimiento de la Ley, impere el espíritu de las mayorías y no el de unas minorías ruidosas e interesadas.
En cualquier caso, como decía Bogart en Casablanca “...siempre nos quedará París” Por eso personalmente no me preocupo demasiado. Me consta –de hecho, lo he soñado- que el Sr. Zapatero ¿Presidente de España? será el garante de la unidad de este País… y para convencerme ya he oído sus declaraciones respecto tener una reunión con el Sr. Montilla para dilucidar como se puede “bordear” la sentencia del máximo órgano constitucional, me imagino que –es una presunción personal- para no perder votos en Cataluña y que el Sr. Montilla intente continuar presidiendo -beneficiosamente- la Generalidad junto con sus “compañeros de viaje”.
Reconozco que he leído esa entrada con sumo interés y concienzudamente porque me interesa la opinión que en la misma se plasma. Ayer, junto con muchos otros compañeros y ciudadanos estuve en esa concentración, convocada por el partido en el que milito, porque entiendo que este Partido es el único que puede no solamente llevar la política a los ciudadanos, sino los ciudadanos a la política.
Tengo que reconocer que quería oír –de primera mano y sin intermediarios- la opinión de UPyD y de su portavoz, Rosa Díez, que para mi representan el sentido común y la realidad de lo que ocurre y transcurre en este País nuestro. ¿Por qué? Porque el mensaje de este partido llega nítido, claro y conciso, en directo, cuando puedes hablar de tú a tú con los protagonistas y no a través de actos orquestados en los que se agitan las banderitas de rigor, después de un suculento bocadillo, o en aquellos que de los que los medios dan –cuando lo hacen- una visión parcial y subjetiva.
Ramón escribe en su blog algo que me sorprende y qué me da que pensar. Al hablar del comunicado de Rosa Díez dice: “…Un manifiesto pedagógico que recordaba que sin el cumplimiento de la Ley democrática y de las sentencias judiciales, tanto de aquellas que nos gustan como de las que no, no hay democracia…” ¿Porqué me sorprende? Porque es tan coherente… que me asombra que algo tan lógico tenga que ser publicado para defenderlo… y porque también está en línea con lo que escribí en mi entrada anterior. Parece que no soy el único que piensa así.
Estoy de acuerdo con el Sr. Marcos me parece –ya no sorprendente, sino increíble- que en pleno Siglo XXI haya que salir a la calle para pedir, para reclamar algo que entiendo que es de cajón: que la LEY –y la pongo con mayúsculas- se cumpla, para que -como expresa Ramón Marcos- “…que se cumplan las reglas mínimas que la hacen posible” Entiendo que se está refiriendo a aquellas normas mínimas que todos nos hemos dado cuando se aprobó –con los votos de todos los ciudadanos de este País- esa Constitución, que si bien necesita algún que otro retoque –vuelvo a insistir en ello- ha demostrado ser un instrumento eficaz para arbitrar la convivencia de todos. Una Constitución que algunos partidos –o lo que es peor, algunos de sus miembros- han “interpretado” a la medida de sus intereses personales, sin tener en cuenta lo que afecta a todos los ciudadanos, y cuando hablo de “todos los ciudadanos” me refiero a aragoneses: catalanes, gallegos, extremeños, araneses, andaluces, vascos, asturianos… en definitiva a todos los españoles, por encima de localismos, autonomismos o regionalismos.
Somos ciudadanos de un País común, por más que algunos, después de tantos años de inmersión “cultural”, o de “legendarias epopeyas” les cueste reconocer -o simplemente- vivir esta realidad.
Hablan con ligereza de que la sentencia del TC representa –obviamente para ellos- un atentado a la “dignidad de Cataluña”… y automáticamente pienso en la dignidad del resto de los ciudadanos españoles.
¿Alguien además de UyD defiende esa dignidad patrimonio de todos y cada uno de nosotros?
Pero lo más sorprendente y preocupante es que una de las personas situadas al frente de esa “multitudinaria” manifestación sea el Presidente de la Generalidad (honorable por más señas) que ocupa ese cargo gracias a las reglas marcadas por esa Constitución que tanto denosta.
Como dice el Sr. Marcos en su blog: “…La democracia con estos hechos está en peligro en España…”
Efectivamente. Parece que no tenemos en cuenta la voluntad popular general –no la voluntad de unos pocos- me refiero a la voluntad de todos. A veces, parece que algunos se olvidan una definición, que -para mi aún está llena de contenido- que se llama “fuerza moral” y que parece que esta demodé. Si, ya sé que hablar de moral y/o ética, en estos tiempos y a algunos miembros de la clase política actual es como hablarles del Mundo de Oz. Pero creo que una de las obligaciones de las instituciones –y de sus miembros- que en definitiva se supone que son el espejo de la sociedad, es la de representar y respetar la Ley y –por lo tanto- las sentencias que de ella emanan.
Por eso no entiendo demasiado la manifestación de ayer, salvo como la expresión del intento de “dictadura iletrada” de una minoría o como un acto de “afirmación nacional” que bien se podría haber desarrollado en el contexto de la Plaza de Oriente en tiempos pretéritos. Una manifestación que más bien parece convocada para defender los intereses de unos pocos frente a los demás, representados por ciudadanos de las más diversas proveniencias: pobres, ricos, extremeños, andaluces o aragoneses… o de cualquier otra parte de la geografía española, que con su trabajo, que con su esfuerzo diario han ayudado y propiciado que una parte de España, sea lo que es hoy en día.
Para mi la grandeza de la democracia está en que todos somos ciudadanos de un País, que podemos elegir a nuestros representantes políticos y que vivimos, trabajamos y nos esforzamos, protegidos bajo el manto de una Ley que emana de los órganos que todos hemos elegido y respetamos… Porque no podemos olvidar que las leyes las redactan aquellos que –encumbrados con nuestros votos- nos representan, tanto en el Congreso, donde las discuten, cambian y sancionan, como en el Senado. Una Ley que nos declara a todos iguales ante ella. Se que en primero de derecho te dicen: “lo legal, no tiene nada que ver con lo justo”.
Nuestra obligación es propiciar que –en la medida de nuestras posibilidades- lo legal sea lo justo y lo justo sea lo legal.
Y si creemos que eso no es así, ya es hora de que lo cambiemos, dejándonos de votos “útiles”, históricos, histriónicos o histéricos. El problema de los nacionalismo es que para justificar su propia existencia cada vez se encierran más en sí mismos, cada vez mienten más acerca de las intenciones que tienen todos aquellos no son “los suyos” y declaran a quién quiere escucharlos –por activa y por pasiva- que la culpa de todas las cuitas de los ciudadanos que administran, no es tanto la propia administración -o sus propios errores- como la culpa de “los otros” que no les respetan.
¿Quiénes son “los otros”? pues aquellos que desde su punto de vista, desde su perspectiva, son diferentes, o que simplemente no gustan de “comulgar con ruedas de molino”.
Un ejemplo: Un amigo vasco me comentaba que no iba a traer el coche a Madrid durante unas vacaciones ya que aún tenia matricula de Bilbao y le habían, jurado -y perjurado- que los coches con matriculas del País Vasco se quemaban en Madrid. Por cierto, el coche estuvo una semana aparcado en una calle madrileña, y aún sigue “disfrutando” –lo entrecomillo por lo antiguo que es el coche- de él. Nadie se lo quemó. Pero si no lo hubiera vivido en primera persona, si no hubiera salido fuera de su Bilbao natal, seguramente sería uno de los que con la plena convicción que da el desconocimiento de la realidad, hubiera confirmado que efectivamente, en Madrid queman los coches vascos por el mero hecho de serlo.
Debemos dejar de esperar que los demás solucionen nuestros problemas, Debemos luchar porque las cosas sean más igualitarias para todos los ciudadanos, independientemente de su cuna o lugar de procedencia. Debemos movilizarnos para que finalmente y a través de las urnas y el cumplimiento de la Ley, impere el espíritu de las mayorías y no el de unas minorías ruidosas e interesadas.
En cualquier caso, como decía Bogart en Casablanca “...siempre nos quedará París” Por eso personalmente no me preocupo demasiado. Me consta –de hecho, lo he soñado- que el Sr. Zapatero ¿Presidente de España? será el garante de la unidad de este País… y para convencerme ya he oído sus declaraciones respecto tener una reunión con el Sr. Montilla para dilucidar como se puede “bordear” la sentencia del máximo órgano constitucional, me imagino que –es una presunción personal- para no perder votos en Cataluña y que el Sr. Montilla intente continuar presidiendo -beneficiosamente- la Generalidad junto con sus “compañeros de viaje”.
sábado, 10 de julio de 2010
España, la sentencia del Tribunal Constitucional y UPyD.
Me voy a permitir un pequeño apunte personal. Me han comentado algunos compañeros que hace tiempo que no escribo ninguna entrada en el blog, lo cual me llena de satisfacción porque me consta que alguno que otro me sigue. ¿El motivo? He cambiado de domicilio y estoy sin conexión a Internet a pesar de que el proveedor con quien la contraté (ya.com) me aseguró que antes de un mes la tendría disponible, de eso hace –evidentemente- más de un mes y sí puedo enviar esta entrada, es gracias a la inestimable colaboración de un anónimo vecino que tiene su red Wifi abierta.
Pero a pesar de estas vicisitudes personales y tecnológicas creo que lo que está ocurriendo en relación al Tribunal Constitucional, el Estatuto y la propia esencia del Estado de Derecho, bien merece un esfuerzo por mi parte para intentar trasladar al éter digital cual es mi opinión.
Hoy UPyD ha realizado un acto –a pesar del calor- frente al Tribunal Constitucional, en el que Rosa Díez ha leído un manifiesto que recojo al final. Pero me gustaría dar mi opinión personal respecto a lo que está ocurriendo y que sinceramente me preocupa.
No pretendo escribir una entrada “políticamente correcta”, No. Simplemente quiero hablar de mis percepciones –este es un blog personal- y plasmar lo que me sale de las entrañas cada vez que pienso a donde nos quieren llevar algunos personajes –y personajillos- que únicamente contemplan este País desde una óptica interesada, surja está de unos motivos meramente económicos o nazca de que ven a los ciudadanos de este País como un mero número en las estadísticas, que luego se traducirá en votos, votos que les permitirán continuar disfrutando de unos cargos, que no son suyos sino de quienes les han elegido, pero que parecen detentar con una alegría más propia de una prerrogativa personal. Este País es –afortunadamente- algo más de lo que ellos creen vislumbrar desde detrás de las bonitas mesas de sus enmoquetados despachos.
Hablando del Estatuto, se supone que el cumplimiento de una sentencia judicial es necesario –hay que acatarla- porque ese cumplimento es la esencia de la Ley y el fundamento de la confianza del ciudadano en la Ley, que afecta a todos. Creo recordar que afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, en el que hay que cumplir –insisto- las sentencias judiciales, nos gusten o no, salgamos beneficiados de ellas o salgamos perjudicados, porque en un Estado de Derecho se entiende que el bien de la mayoría es el que prima, sobre los intereses de las minorías y que además una sentencia, desde el mismo momento que es firme, es conforme tanto al espíritu, como a la letra de la Ley.
Esta confianza en las instituciones judiciales es la que garantiza para todos los ciudadanos -lo que no es poco- sus libertades básicas, así como su igualdad ante las leyes desarrollada en el seno de un Estado de Derecho.
Existieron tiempos aciagos en los que en España, simplemente con el “perdón del ofendido” se paralizaba la acción de la Justicia, lo que habitualmente, se conseguía con dinero. Cambiar eso ha costado la sangre y la libertad de muchos, se ha tenido que sufrir una dictadura en la que algunos individuos disponían de una “patente de corso” y aparecían –como partidarios del Régimen- como “intocables” y por encima de toda sospecha. Gracias al Imperio de la Ley hemos pasado a una situación de libertad constitucional y civil en la que cualquier ciudadano –si cree que se han conculcado sus derechos- puede recurrir a la Ley, que es –o debería- ser igual para todos.
Estamos hablando de una ley –cuyo marco es la Constitución- que defiende al ciudadano de lo que no es justo y que se garantiza su amparo. Una Ley –que no dejan de ser más que unas normas de convivencia- y un sistema judicial que ahora después de que finalmente se ha dictado una esperada sentencia respecto al Estatuto, es interpretada a la medida de los intereses de algunos y entonces, al ser contraria a los intereses de esos pocos, parece que ya no sirve.
¿Y cual es la piedra angular de toda esta arquitectura legal, que si bien necesita reformas, aún es lo suficientemente confortable como para dar cabida a todos? Indudablemente, la Constitución. Una Constitución -que hasta su secuestro por parte de algunos- ha sido el marco en el que se han desarrollado nuestras libertades y nuestros derechos como ciudadanos. Y en el aspecto más negativo, las prebendas de algunos que han sido elegidos gracias a esa misma Constitución de la que ahora -con una estrechez de miras manifiesta- parecen abominar.
La Ley, está para cumplirla, puesto que estamos en un Estado de Derecho. ¿Qué nos queda si no? La Ley del más fuerte, la de Lynch, la anarquía…
Vamos a dejarnos de intereses particulares e ir a lo realmente importante: Intentar solucionar los problemas de los ciudadanos y de este País –que a pesar del “Mundo Perfecto” en el que parecen vivir tanto Zapatero, como sus adláteres- los tiene y que no son –ni mucho menos- los que algunos se esfuerzan en “diseñar” desde sus despachos, siempre con la vista puesta en qué les puede beneficiar personalmente.
¿Qué alguien quiere hablar catalán? Que lo hable. Pero también yo tengo derecho a hablar –en la administración autonómica y en cualquier otra parte- español y que me atiendan y me entiendan. Y tengo derecho –también- a esperar que la educación de mi hijo se imparta en una lengua que hablan quinientos millones de personas a lo largo y ancho de este mundo, y no solamente en la que hablan únicamente unos pocos que me merecen todos los respetos, pero que no dejan de ser unos pocos. Y tengo derecho a tener el mismo nivel de atención y derechos –sean del tipo que sean- viva en un rincón y otro de la geografía de nuestra piel de toro.
Se puede intentar manipular la realidad y la verdad, pero siguiendo este axioma que algunos parecen propugnar –y organizan hasta manifestaciones para “legitimarlo”- me permito realizar una serie de elucubraciones:
- En el caso de que en alguna ocasión cometa un delito, en el momento en que el tribunal dicte sentencia, me iré de la sala en el caso de que no me interese, porque claro esta que yo, como parte interesada, no tengo que darle ninguna legalidad a una sentencia en mi contra.
- Si se me multa por alguna infracción de tráfico, organizaré una manifestación –cuanto más multitudinaria mejor- frente al órgano administrativo que proceda, porque evidentemente –por mucho que el acto que he cometido esté tipificado como falta o delito- a mi no me afecta, tanto en cuanto está –presuntamente- en contra de mis “intereses históricos”, como “nación” o simplemente, como… como algo que ahora no soy capaz de definir.
- Cerremos las cárceles ¿Porqué va a tener más validez la sentencia condenatoria a un delincuente que la que afecta al Estatuto?
También voy a abrir “embajadas” en otros barrios y conforme reciba más dinero publico –ese que según una ministra del ¿PSOE? ¿Partido a secas? no es de nadie- en otros países, para representar mis intereses y decir que no estoy viviendo en un estado democrático, respetuoso con mi “singularidad histórica” puesto que no me dejan hacer mi “santa voluntad” –y cuando hablo de intereses hablo de los míos personales- nunca mejor dicho.
¿Y el dinero? No es importante. Ya lo aportaran –mediante transferencias- mis convecinos y vecinos.
Y para terminar me gustaría hacer una pequeña reflexión: Me encantaría que esa profusión de banderas nacionales, de orgullo de sentirse español continuarán prevaleciendo en el ánimo de todos, después del mundial respecto a aquellos temas –paro, corrupción, terrorismo, hipotecas, etc.- que nos ocupan y preocupan a todos, problemas -que desgraciadamente- van a continuar ahí cuando Sudáfrica solamente un país en el mapa y que esta necesidad nos aportará la ilusión de apostar por un cambio necesario.
Y digo un cambio porque está claro que este Zapatero descafeinado y sin dirección y este Rajoy “a lo suyo” no van a solucionar los problemas de la ciudadanía. Y asimismo desearía que este pensamiento marcara nuestra próxima –como ciudadanos que somos- apuesta electoral.
Es curioso que un partido sin “hipotecas” –ni políticas, ni económicas- sin ningún apoyo mediático se haya convertido en el estandarte de los problemas reales –del día a día- de los ciudadanos, del sentido común aplicado a la política y de un trabajo realizado por y para los ciudadanos, independientemente de donde o en qué Comunidad Autónoma vivan. Evidentemente hablo de UPyD. La explicación es muy clara: ¿Será porque cuantos militamos en este proyecto vivimos la política, pero ninguno vivimos de ella?.
Acércate a este proyecto porque este País necesita más savia fresca, más ilusión y más trabajo.
Te necesita a ti.
MANIFIESTO EN DEFENSA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL (Leído por Rosa Díez frente al Tribunal Constitucional. Madrid. 10/07/2010)
La principal diferencia entre la democracia y cualquier otro sistema político es que la primera se funda en un orden constitucional que garantiza a los ciudadanos sus libertades básicas y su igualdad ante las leyes. La Constitución es la clave de bóveda del edificio legislativo que desarrolla y ordena derechos y obligaciones que deben ser iguales para todos. Por eso atacar la Constitución vaciándola de contenido y debilitando su carácter de ley de leyes, es atacar la libertad, la igualdad y la propia democracia.
En estos últimos años los ciudadanos españoles estamos padeciendo una erosión constante de nuestro orden constitucional, y por tanto de nuestras libertades y de nuestra igualdad ante la ley. Nada hay más frágil que la democracia, cuyo mantenimiento y mejora exige de todos una vigilancia constante y comprometida. Resulta intolerable que los propios gobernantes elegidos para defender el orden constitucional sean quienes más empeño ponen en convertirlo en un caos sin sentido.
Hoy nos hemos reunido aquí, ante la sede del Tribunal Constitucional, para expresar nuestra protesta contra la manipulación de las instituciones encargadas de velar por el mantenimiento del orden constitucional, o lo que es lo mismo, de velar por los derechos y obligaciones iguales para todos, y por nuestra libertad personal. Nos hemos reunido aquí, ante la sede del más Alto Tribunal, para proclamar que sin justicia constitucional, no hay democracia.
La unidad de la Nación española que proclama nuestra Constitución no es otra cosa que la igualdad jurídica de todos nosotros tomados de uno en uno, como sujetos libres y miembros conscientes de la misma democracia. Y esta es, ciertamente, la unidad que pone en peligro la negación del orden constitucional a través de leyes y de acciones de gobierno que no nos consideran ciudadanos de la misma Nación sino que, imponiendo obligaciones y deberes diferentes, convirtiendo privilegios en falsos derechos y arbitrariedades en falsas obligaciones, nos dividen en rebaños enfrentados donde lo que importa no es la libertad y la igualdad entre ciudadanos personalmente diferentes, sino la identificación cerril con un pensamiento obligatorio y uniforme que llaman, sin serlo, “identidad cultural”.
Con la excusa de contentar a nacionalistas descontentos por definición, de potenciar disparatados derechos de lenguas y territorios a base de restarlos a las personas, de reparar viejas heridas sentimentales y resucitados agravios históricos, de imponernos por nuestro presunto bien leyes sectarias que casi nadie reclama, los partidos que gobiernan España y numerosas comunidades autónomas protagonizan constantes ataques contra la Constitución. Sus esfuerzos por controlar y manipular la justicia, la hacienda, los medios de comunicación y todas las demás instituciones públicas para ponerlas al servicio de sus intereses particulares, su contumacia en tomar decisiones claramente inconstitucionales, nos han conducido a una gravísima crisis política.
Naturalmente, la Constitución puede cambiarse para mejorar la democracia. Nosotros proponemos una reforma constitucional que mejore nuestro orden político a la luz de las experiencias de todos estos años. No somos partidarios de la inmovilidad o la fosilización de nuestra Constitución, sino de adecuarla a los retos del siglo XXI. Pero cualquier reforma que se proponga debe ser fiel y leal al orden constitucional, seguir los procedimientos establecidos por la propia Constitución para su reforma. Y lo que rechazamos es la práctica viciosa de cambiar la Constitución por la puerta de atrás, mediante reformas de Estatutos de Autonomía o por medio de leyes y decretos que chocan con su letra y su sentido. Como ciudadanos españoles, libres e iguales, exigimos ser consultados por quienes quieren cambiar la Constitución por la vía de los hechos consumados, burlando el “derecho a decidir” básico de la democracia, el de participar en la toma de decisiones sobre lo que nos afecta a todos y no sólo a una parte de nuestro país.
Cuando el orden constitucional está en peligro, también lo está la libertad de todos y cada uno de nosotros. Es el momento de que los ciudadanos conscientes digamos de nuevo basta ya, como muchos miles dijeron no hace tanto frente al terrorismo y al nacionalismo obligatorio en el País Vasco. Es el momento de exigir el cese de todo ataque contra la Constitución, y el fin del desacato de los gobiernos a las leyes y sentencias que no les gustan.
Como ciudadanos que cumplimos las leyes y acatamos las sentencias de los tribunales de justicia, incluso las que no compartimos, exigimos a los gobernantes, comenzando por el Gobierno de la Nación, que también ellos respeten la legalidad y cumplan y hagan cumplir las sentencias de los tribunales, incluyendo la de este Tribunal Constitucional relativa al Estatuto de Cataluña. Porque un país donde los gobernantes se reservan cumplir o no la legalidad a su conveniencia no es un Estado de derecho, sino el reino de la arbitrariedad. Porque sin justicia constitucional, no hay democracia.
No denunciamos ataques abstractos. Mientras hoy nos concentramos ante el Tribunal Constitucional para defender la Constitución y protestar contra quienes la quieren vaciar de contenido, en Barcelona se celebra una manifestación contra la Constitución convocada expresamente por el presidente de la Generalitat; una convocatoria basada en las falacias de que la voluntad del pueblo y la nacionalidad sentimental están por encima del Estado de derecho y de la nación constitucional.
Con independencia de la opinión que cada cual tenga de los conflictos políticos y jurídicos creados por la irresponsable gestación de un Estatuto de Autonomía claramente inconstitucional --conflictos artificiales de los que el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es el máximo responsable--, la manifestación de Barcelona representa un ataque a la Constitución, y es un acto de desacato al orden constitucional que adquiere su máxima gravedad al estar liderado por el Gobierno y las instituciones de Cataluña.
Es una manifestación contra la separación de poderes y la autonomía de la justicia, contra la igualdad de los ciudadanos y contra el imperio de las leyes mientras sigan vigentes. En definitiva, es una manifestación contra la democracia.
Nosotros exigimos a la Generalitat de Cataluña que cumpla con su obligación democrática de acatar la sentencia del Tribunal Constitucional; y exigimos al Gobierno de la Nación que haga cumplir la sentencia y promueva la derogación de todas las leyes que se han aprobado en desarrollo de artículos declarados inconstitucionales por el fallo del TC. Exigimos que cualquier solución a las deficiencias de la actual estructura territorial del Estado se discutan con transparencia en el Parlamento Nacional, con argumentos y propuestas políticas, impidiendo que el futuro de España, nuestro futuro, sea objeto de oscuros trapicheos celebrados a nuestras espaldas.
El objetivo de la política democrática no es hacer que unos se sientan más cómodos que otros a base de imponernos a todos sus sentimientos, haciéndolos obligatorios; el objetivo de la democracia no es restañar heridas imaginarias ni ganar retroactivamente guerras del pasado. El objetivo de la Constitución no es dar satisfacción a mitos y emociones que, por muy comprensibles y humanas que sean, van contra los principios de solidaridad, libertad e igualdad sin los cuales no hay democracia ni ciudadanía, sólo tribus enfrentadas y encadenadas a emociones primarias.
La política democrática debe perseguir el perfeccionamiento incesante de las instituciones, trabajar por un gobierno más eficaz y transparente, por un parlamento más representativo y reflexivo, por una justicia más autónoma y justa. La democracia es la consecución de más libertad personal y de más igualdad entre los ciudadanos con independencia de cuál sea su riqueza, su lugar de nacimiento o residencia, su profesión, su lengua materna, su sexualidad, sus creencias y sentimientos de identidad o pertenencia. Libertad e igualdad son los valores supremos que debe preservar y cultivar el orden constitucional de la democracia, y estos son precisamente los valores que están poniendo en grave peligro los ataques contra el orden constitucional de la España democrática que hoy hemos venido a defender.
Ciudadanos, nuestra libertad está amenazada por quienes creen que pueden dividirnos para acabar con la igualdad y la solidaridad entre nosotros, levantando fronteras artificiosas en nombre de mitos y prejuicios que encubren turbios intereses e impiden la regeneración de la política democrática.
Ciudadanos, ¡Basta ya de ataques a la democracia! Ciudadanos, ¡Viva la Constitución!
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